⚜️Capítulo 1⚜️

922 63 14
                                    

Años después

 

 

-         Aquí escarlata a central ¿me copian? – susurro manteniendo mi postura relajada. Aunque no es que me den muchas ganas de moverme tampoco. Llevo dos malditos días detrás de este sujeto y el muy cabrón, se digna a salir hasta hoy.

-         Aquí central. Le copiamos. Reporte ubicación y estado de la misión, teniente – me contesta algún operador, no importa cuál, para mi todos son central.

-         Central, estoy en posición, solicito extracción en punto de encuentro A. Objetivo en la mira y esperando confirmación.

-         Tiene luz verde teniente – me confirma – cinco minutos para extracción, en las coordenadas de evacuación.

-         Copiado. Escarlata Cambio y fuera.

Corto la comunicación y presiono el gatillo, al mismo tiempo. La detonación no se hace esperar y la cabeza del sujeto estalla, como si de una sandia se tratara, antes de caer al piso sin vida, en medio de un charco de sangre y sus propios cesos. Poniendo a sus hombres en alerta y a mi, en movimiento.

Comienzo el acelerado proceso de desmonte de mi rifle. En solo diez segundos logró llevarlo a mi mochila y en treinta más ya estoy en ruta, sin persecutores a la vista pero no por eso, bajo el ritmo de mis pasos. Aunque si reconozco que me es algo más complicado que siempre. Gracias a esta misión, me duele la cadera, la espalda y los brazos. Mientras que yo me moría de calor e incomodidad a la interperie, el muy maldito follaba como si no hubiera un mañana. Que se lo folle cataha (satanas), ahora que está en sus dominios.

A lo lejos escucho las discretas cuchilladas de las aspas del helicóptero destinado para mi evacuación, apretando un poco el paso, lo alcanzo a la brevedad. Necesito sentarme, aunque sea en una dura silla. Llegó hasta la aeronave y tras un breve protocolo de identificación, saludo a los pilotos formalmente y me relajo en el asiento, permitiéndoles hacer su trabajo.

Dos días tras una rata misógina, pederasta y déspota, que se escudaba tras una banda diplomática, para llevar a cabo sus crímenes y quedar impune. Me gustaría decir que es eso lo que lo llevó a la tumba pero fue más bien el echo de que su mandatario se sintiera traicionado, por su apoyo a una secta terrorista religiosa, desviando fondos del estado para contribuir a su causa, lo que lo puso en la mira de mi rifle. Irónico, lo mandan a matar, por apoyar una causa, que se supone era su trabajo. Como sea, una lacra menos en este mundo.

-         Teniente Ross – ruedo los ojos irritada al escuchar esa voz. Me llama el coronel a cargo de la base, una vez de camino a los dormitorios. Acabamos de aterrizar y este idiota con complejo de play boy con esteroides, que no entiende que no le quiero abrir las piernas, viene a joder. Le dedico el debido saludo, por que aunque quiero golpearlo, es mi superior – descanse. Muy buen trabajo Teniente.

-         Gracias Coronel pero está de más decirlo, solo cumplo con mi deber – este tipo es la razón por la cual no suelo durar más de lo necesario en mis destinos. Les despierta curiosidad malsana ser lo que dentro de las fuerzas especiales se les denomina un Lobo Solitario. Esgrime una estúpida sonrisa, de esas que me ponen los pelos de punta y me dan ganas de preguntar ¿cuantos años de cárcel te dan por cargarte a un coronel? Ó de adorarle la cara a golpes, "ES TU SUPERIOR!!!" me grita la conciencia – si no es más, solicito permiso para retirarme señor, en 30 minutos debo abordar....

-         De eso quería hablarle, Scar... – se acerca, hasta quedar a tan solo un paso de mi, viéndome directamente a los ojos, después de recorrerme entera el muy maldito. Respira, piensa en Emma, ella necesita a su hermana libre para poder seguir adelante, me animo internamente – he hablado con el General Reyds y tras exponerle que usted a estado dos días tras su objetivo, me permitió sugerirle permanecer, por lo menos esta noche en la base, y así poder disfrutar de un merecido descanso… y podría ser que hasta de una buena cama – la sugestión de su voz solo me causa nauseas.

La leyenda de escarlata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora