⚜️Capítulo 62⚜️

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Ha pasado ya el tiempo suficiente, para que me entreguen mi nuevo departamento y no saben cuán agradecida estoy por eso. Alexander no esta muy contento de saberme sola con Emma en casa pero es lo mejor, para todos y además esta al tanto de mis precauciones cibernéticas, así que no le queda más que aceptarlo.

No se comportó tan mal después de todo y logramos establecer una rutina, mientras estuvimos en su casa, a la que aún tengo que ir a diario, pues María sigue a cargo de la pequeña y después de todo, logramos tener una relación sana por la niña. Aunque le sigue saltando lo idiota en algunas ocasiones.

En cuanto al trabajo, chocamos en muchos puntos; no le gusta verme en compañía de William, por ejemplo pero esta mas calmado desde que sabe que tiene una familia y tampoco está de acuerdo con mis métodos de enseñanza; sigo teniendo blancos humanos. Es efectivo. E increíblemente se enoja, cuando me niego a ser participe de alguna misión. Si vuelvo a dejarme llevar, sé que pasaré mucho tiempo lejos de Emma y ese es un error, que no quiero volver a repetir.

Con Vinc las cosas siguen algo tirantez pero ya no se va, cuando llego a alguna habitación, y me agradeció que hablara con Fiore, disculpándose de paso por su actitud conmigo, y agregando que solo le molesta que permaneciera lejos, sabiendo lo de Emma.

También fue él quien se atrevió a preguntar sobre mis vitaminas. Es que antes de cada comida debo ingerir las y ya muchos ok han notado. Mi organismo quedó algo descompensado después del parto, gracias a que tuve anemia durante el embarazo, no le di muchas vueltas para explicarle, más se conforme al saber que ahora estoy bien.

-         Quedo todo muy bien, ahora te puedes inspirar en las vistas cuando cocinas – ruedo los ojos, ante el apunte de Max, está admirando las renovaciones del espacio en la cocina – hasta parece que se tratara de otro lugar – asiento para darle la razón y me sigue al cuarto de mi hija.

Llegaron hoy muy temprano, tanto así que tuve oportunidad de ir por ellos al aeropuerto, antes de irme a trabajar, y se quedarán por todo el fin de semana con nosotras. Razón por la cual, mi pequeña esta en casa y no en la de su padre, esta dichosa desde que llegamos y los vio. Sin embargo, yo no estoy tan animada como ella, ya que tengo que volver a la base. Por ser viernes, debo pasar la noche ahí.

-         Sí, de verdad que me gusta como quedó todo y aunque amo el resultado del salón, creo que esta habitación es la que más me gusta – respondo, sacando la ropa de cama de mi hija. Como ya lo mencione, esta decorada con motivos de Mickey y sus amigos. La cama es la protagonista del ambiente; tiene dos enormes orejas de ratón con un moño rojo en medio, como respaldo, a el cuál están unidos los veladores. Emma ama este lugar y tiene una pared completa para sus unicornios, las estanterías tienen el mismo motivo y hasta en su baño hay pegatinas de la famosa rata – lamento si no puedo quedarme con ustedes pero Alexander esta al pendiente de los movimientos indebidos que hago, para saltar en mi contra y prefiero no tener más problemas con él, de los que ya tengo.

-         Tu tranquila que con Sally nos encargamos de la piccola. Sabemos que son cosas de trabajo y lo comprendemos – me rodea con un brazo, para caminar fuera de la habitación de mi pequeña, cuando ya he dejado su pijama sobre la cama – más bien, calma a ese troglodita para no tener problemas durante el fin de semana. Quiero disfrutarlas, sin espectáculos de celos por parte de Shrek.

-         Deja de decirle así, que Emma lo adora y si te escucha, estarás en graves problemas con ella – lo reprendo en susurro, para que mi hija no nos escuche pero él solo rueda los ojos divertido. Lo dicho, no me puedo rodear de personas normales – y por lo otro no te preocupes que eso haré en cuanto llegue a la base. Solo espero que no se ponga idiota cuando sepa que estas aquí…

La leyenda de escarlata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora