Muchas veces deseamos algo con tanto fervor, que cuando al fin lo conseguimos, no sabemos como sentirnos al respecto. Eso es lo que me pasa justo ahora.
Estoy frente a una celda, donde se encuentra, atado al techo, suspendido por sus brazos, y algo golpeado, el monstruo que convirtió mi vida en la nada misma: Acmed Zare.
El punto es... no sé por qué, me siento aún incompleta. Pensé que cuando al fin lo tuviera así, la satisfacción sería total, más intensa. Pero si bien me agrada verlo sufrir, tampoco sé muy bien que hacer con él.
- ¿Qué piensas? - pregunta David a mi lado. Desde que supimos que estaba aquí, no se me ha despegado para nada. Ni siquiera lo miro, no desvío mis ojos del hombre encarcelado.
- Aún no puedo creer que sea él... - no es del todo la verdad pero si una parte - pero sé que lo es. Ilenco siempre cumple con su palabra - ahora sí lo miro a los ojos. Hay rabia, ira, enojo, a él no le temblara la mano para matarlo como pensé, creo que lo estoy dudando mas yo ahora - pero... pienso en cómo lo podemos hacer sufrir igual que él a nosotros y la verdad, no tengo esa respuesta.
- Es un narcisista, violador con complejo Dios, Scar - me rebate, con fastidio sin despegar los ojos de los míos - solo pícale la polla y dásela de comer, eso lo hará sufrir bastante - me deja muda con sus crudas palabras.
- Eso no suena tan cruel, niño - apunta Ilenco, llegando detrás de Martínez - si se cree un dios, podríamos otorgarle una tiara - este hombre tiene buenas ideas, sonrió en acuerdo con mi conciencia. Se acerca a mi y deja un beso sobre mi boca. El contacto es corto y casto pero aún no logro sentirme cómoda con él. Tengo que acostumbrarme, por que sé que serán más que besos los que me pedirá - buenos días, printsessa.
- Buenos días, Ili - contestó alejándome un poco. Ilenco mira a nuestro prisionero y después me regresa la mirada con humor.
- ¿Que tanto quieres que sufra?
- Mucho - respondo al instante pero al traducir sus palabras mejor, mi gesto se contrae en disgusto - lo haré yo Ilenco Romanov...
- Serás mi señora. No puedes llenarte las manos de sangre tan...
- Me vale un huevo lo que crean!!! El es mío y de nadie mas... - mi grito logra poner a todos en alerta. Me acerco a Ilenco, el cual me observa furioso, por mi atrevimiento pero a mi no me asusta, yo también llevo una bestia dentro - tenemos un trato... y al que le ponga las manos encima, se las corto y me importa que tanto aprecio le tengas. Es un asunto de Dave y mío, nadie más lo toca...
- Esta bien - acepta, después de unos minutos de silencio, en donde me estudia con detenimiento y su gesto se enfría un poco mas. Él no me teme, y yo tampoco a él, somos dos monstruos, igual de peligrosos cuando nos salimos de control. Toma mi rostro entre sus manos, como notó será su costumbre, y se inclina hasta quedar a solo un centímetro de mis labios - es un trato Scar. Recuerda cual es el precio por no cumplir con lo pactado, yo ya hice mi parte...
- Mi vida ya es tuya, Ilenco - le recuerdo, sin moverme un ápice - me da igual como termine, solo déjame arrancarle el corazón del cuerpo y su sangre cerrará nuestro acuerdo - él me regala otra de sus macabras sonrisas, me besa castamente y mira a David con renovada diversión.
- Hoy aprenderás algo muy interesante, niño - se ríe ante la cara de hastío que pone Dave por cómo lo llama, pero hasta ganarse su respeto, ese será su apodo, por lo menos para Ilenco - así que presta atención. Ella es de las mejores en conseguir un corazón palpitante - y una sonrisa igual a la de Ilenco, me adorna la cara. Lo dicho, Ili tiene ideas brillantes.
- No se me había ocurrido eso - reconozco, moviendo mis ojos hasta mi próxima víctima. Esto me emociona más de lo que debería, pero el demonio en mi, siempre está sediento de sangre. Nunca lo dejó ser, más él estar aquí me brinda la posibilidad de dejarlo en libertad, con más frecuencia. Es peligroso, lo sé y más cuando me está gustando tanto no restringirme - sacarle el corazón, aún estando con vida, no será fácil pero es lo que se merece... por quitármelo todo, por quitármela a ella. Y tú se lo arrancarás del cuerpo, David...
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La leyenda de escarlata
Action"una leyenda no siempre es una fantasía, donde los personajes son míticos, sus actos hazañas y sus palabras sabias. La mía habla de guerra, muerte y destrucción. Pero también de algo mucho más trascendental: el amor"