Maldito país y su clima de mierda, es lo primero que me cruza la mente, cuando despierto y siento demasiado calor. Intentó moverme para destaparme, pero el enorme brazo que me rodea la cintura, me lo impide y ¿si lo caliente que siento debajo de la cabeza es otro...?
Los recuerdos llegan a mi como una avalancha, plantando una sonrisa bobalicona en mis labios y un potente rubor en mis mejillas. Me muerdo el labio inferior sin poder evitarlo, con las imágenes de todo lo que hicimos anoche reproduciéndose en mi mente. Este hombre es una máquina, una que casi te desarma, se burla mi conciencia, y no puedo estar más de acuerdo con ella.
El delicioso dolor de mi cuerpo, es una prueba de que la pase muy bien, mejor de lo que puedo recordar quizá, pero me percató de que los rayos del sol se filtran por las cortinas, lo que me indica que ya es entrada la mañana y si mis cuentas no fallas, ayer fue jueves.
Giro mi rostro para poder ver, el plácido sueño de mi acompañante. Lo siento como un dejavu, de la primera vez que estuvimos en esta situación, pero ahora sí que recuerdo todo lo sucedido. Definitivamente los militares son lo mío.
Decido tomar un baño antes de irme. Por lo que con mucho cuidado y delicadeza, retiro su brazo, colocando una almohada en mi lugar, a la cual se aferra, causándome gracia. Le doy un suave beso en la mejilla y me dirijo al baño.
No puedo creer como me siento, el reflejo de mi rostros en el espejo del baño, hace mucha diferencia, a la mujer que siempre me recibe en las mañanas. "claro, follaste toda la noche, con semejante espécimen y te corriste hasta el desmayo" apunta mi conciencia recordándome la diferencia en mi rutina.
Hago mis necesidades, y me adentro en la ducha pensando que su delicioso aroma impregnado en mi piel, tiene el poder de hacerme rememorar cada segundo de lo vivido, tampoco es que necesites su olor, con todas las marcas que te dejó.
No suelo ser ni cursi, ni romántica, soy más del tipo realista o práctica, pero me cuesta asumir esto desde el punto de vista lógico, cuando en el pasado nunca fue así. William es cariñoso, tierno, atento, con la suficiente fuerza y destreza para darme lo que quiero, y cuando se lo pides, sí, me volví algo mandona, lo reconozco.
Me intriga saber si podremos con esto y mi cabeza traicionera recrea los momentos vividos con Alex, la diferencia es avismal. Y después dices que la perra soy yo. Me siento mal de pensarlo, estando con otro. Estas es loca Volkov.
Lavo mi cuerpo a consciencia, demorándome más de lo acostumbrado bajo el agua, estoy haciendo tiempo para enfrentar la situación, que para mí es completamente novedosa.
Sí, ya estuve con un superior, pero en el fondo, estábamos siempre juntos, lo que por ende nos obligaba a convivir. En cambio con Will, esa parte me causa incertidumbre y me llena de expectativa. Es extraño y difícil de explicar, pero no presionare, que dure lo que tenga que durar.
Dijo no querer soltarme, pero también evadió el tema cuando lo propuse, solo espero que no se trate de alguna sorpresa desagradable. Ya he tenido muchas en la vida y quiero, de corazón, no tener que arrepentirme de esto, como ya lo hice otras veces. Espero que mi instinto falle esta vez y solo se trate de que soy paranoica.
- Te estabas demorando - escucho su dormilona voz al salir del baño, envuelta en una mullida toalla blanca, con el cabello mojado y suelto.
Lo encuentro en la cama aún, apoyado en el respaldo, la sabana lo cubre de cintura para abajo y esta fumando un cigarrillo, mientras sus ojos me recorren. Las cortinas danzantes me dicen que la ventana está abierta, razón por la cual, el humo no se percibe, o bueno, no tanto.
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La leyenda de escarlata
Action"una leyenda no siempre es una fantasía, donde los personajes son míticos, sus actos hazañas y sus palabras sabias. La mía habla de guerra, muerte y destrucción. Pero también de algo mucho más trascendental: el amor"