♡ Cartas ♡

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Parecía irreal, no podía sentir nada. El viento frío golpeaba contra mi cuerpo, pero no parecía tener efecto. Mis ojos se sentían pesados y sentía las lágrimas secas en mis mejillas. No sentía nada ahora.

Estaba en silencio, de pie frente a su tumba donde adornaba una cruz hecha por mi. Michonne puso sus manos en mis hombros intentando darme el apoyo, pero su toque fue como un roce. Rick estaba de cuclillas viendo el lugar donde su hijo habitaría.

Tenía sudor por todo su cuerpo haciendo que sus cabellos se pegaran en su frente, sus ojos estaban rojos por las lágrimas, no tenía expresión. Las manos le temblaban y solamente quería desplomarme a su lado y abrazarlo, pero no pude moverme.

Los dejé solos teniendo la necesidad de ir a casa, así que sin decir nada caminé esquivando a los caminantes que se me atravesaban. Alexandria estaba destruida, excepto lo que mi hogar era.

Llegué al porche y me senté frente a las huellas que habíamos dejado antes que Carl muriera. Recordé el día anterior y me maldije por no haber investigado más la situación. Nunca debí haberlo dejado ir. Carl está muerto por mi culpa.

No te atormentes.

Las palabras que Carl me dijo estaban en mi cabeza, pero era difícil para mi creerlo. Yo lo maté, yo debí haber ido con él. Debí estar para él. Era mi culpa, mi niño ya no estaba más. Quería gritar, llorar, patalear pero eso no salía de mi. No podía. No sentía nada.

Rick entró a la casa, ni siquiera lo miré. No podía hacerlo. Michonne se puso detrás de mi, sonriendo al ver las huellas, sus lágrimas bajaron rápidamente por sus ojos.

—Me pidió un día en familia —conté en un susurro mirando mis manos que aún tenían pintura —Creí que era normal, que me quería distraer del caos.

—Le diste un último día feliz, fuiste afortunada —habló, acercándose a mi.

Agradecía lo fuerte que estaba siendo por nosotros, aunque en el fondo se moría de tristeza.

—Golpéame —pedí, me levanté y asentí con la cabeza —Vamos, golpéame.

—¿Qué?

—Quiero sentir algo, quiero llorar. Por favor, hazlo —mi voz pasó de ser normal a rogar.

Michonne simplemente negó con la cabeza y me abrazó fuertemente, su mano la puso en mi cabeza obligándome a apoyarla en su hombro. Pero no podía devolverle el abrazo, le quité a su mejor amigo.

—No es tu culpa, Feli. Mírame —tomó mi cara entre sus manos, buscando mi mirada —Fuiste la mejor madre que pudo merecer.

—Debemos irnos —avisó Rick interrumpiendo mientras salía de la casa —Vámonos.

Nos subimos a la camioneta en la que Rick había llegado, me senté en la parte trasera, imaginando que de esta manera podía estar más sola y alejada.

Pero en cuanto estuvimos apunto de salir miré el quiosco donde Carl solía pasar las tardes en el techo de este. Estaba ardiendo en llamas, casi apunto de caerse a pedazos.

—Rick, ¡alto! —pedí haciendo que frenara con rudeza —Ahí pasaba casi todo el tiempo.

—Felicity —pidió Rick.

—Por favor...

Los tres bajamos a toda prisa con extintores, golpeábamos con estos a los caminantes que se cruzaban en nuestro camino. Llegamos al lugar e intentamos con todas nuestras fuerzas para que ese lugar no cayera.

—¡Carl Grimes! ¡Te he buscado por todas partes! —exclamé mirando al techo del quiosco.

Carl asomó su cabeza haciendo que sus cabellos largos colgaran por su cabeza. Sonreí poniendo mi mano sobre mis ojos para que el sol no calara tanto. Miré la escalera de mano que estaba recargada y comencé a subir.

la familia ♡ daryl dixon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora