la familia ♡ daryl dixon ♡

♡ Prisión ♡

Estaba intentando sacar mi cuchillo del cráneo de esa cosa. Volteé para verificar que Norman estuviera todavía a mi lado.

El invierno había pasado, con el los meses. Todos estábamos completamente devastados, desnutridos y casi deshidratados. El gran ejemplo que pondré es que cuando estaba en la granja aún tenía mis pechos levantados y voluminosos, ahora la palabra pechos era un sueño lejano.

Los hombres regresaron de una cabaña casi cerca de la carretera, habían limpiado para que pudiéramos pasar la noche.

Ayudé a Lori a correr pues su vientre era lo único que había crecido en esto. Norman se agarraba de mi blusa ya que sus piernas aún eran muy cortitas.

Nos acomodamos en la cabaña, Norman estaba sentado luchando con la suciedad y cabello en su cara, yo callaba dándole a Lori de la comida que había guardado para ella.

Comencé a pensar en aquel sucio invierno difícil, en el que había días que las ardillas de Daryl no funcionaban y mi hijo lloraba o dormía con hambre. Pensé en todas las veces que enteré mi cuchillo en cráneos o en como una vez estuve a punto de morir. Pensé también en como había enterrado mi pie en uno de ellos. ¿Cómo llegué a esto?

Carl llegó abriendo una lata de comida para perros, todos lo miramos, tal vez no queriendo pensar que eso comeriamos.

—Mamá, no quiero comer como un perro —susurró Norman.

Rick al escuchar cuando pasó a nuestro lado volteó a ver quien la tenía. Cuando vio que fue Carl rápidamente fue y la aventó haciendo que soltaramos un salto del susto.

—Vamos, Rick sólo es un niño —murmuré al ver la cara de Carl —Sólo intenta ayudar.

Rick no alcanzó a contestar porque T-Dog se dió cuenta de los caminantes. Todos salimos silenciosos y casi llorosos por la sencilla razón de que no sabríamos donde pasar la noche.

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Daryl se bajó de la moto ayudando a bajar a Norman y a mí, con todo el miedo del mundo decidimos que tal vez deberíamos llevar a Norman con sumo cuidado con nosotros.

Comenzaron a discutir sobre donde deberíamos ir, el embarazo de Lori estaba muy avanzado y no nos podíamos dar el lujo de estar en la carretera siempre.

Llevé a Norman conmigo a la camioneta donde Lori estaba sentada. No me gustaba dejarla sola, nuestra amistad se había reforzado con todo lo que habíamos pasado afuera.

Norman se sentó en el asiento trasero y yo abrí la puerta donde estaba Lori para poder recargarme, mi amiga me sonrió.

—Cuando yo estaba embarazada de Norman —comencé a decir, para romper el hielo —Siempre tenía ganas de naranja con chile, pero no los gajos normales, me gustaba cuando no tenía nada de jugo, que fuera la simple pulpa. Daryl me ayudaba en eso.

Lori soltó una carcajada, imaginandose a lo que me refería.

—Que asco, Fel —dijo aún riendo.

—Pelaba la naranja y él le quitaba el jugo y yo me lo comía —dije y después me contagie de su risa.

Paré de reír tanto cuando Daryl se acercó, quedó parado a unos dos metros de mí, cosa que significaba “Me quiero despedir pero no quiero que nadie escuche”.

Caminé hacia él.

—¿Irás a alguna parte? —pregunté.