Ya cada uno de nosotros vivía en su propia casa, como había dicho antes nosotros nos quedaríamos en la casa grande con Rick.
Al abrir mis ojos lo primero que miré fue a Daryl completamente dormido, soltando varios ronquidos. Rodé los ojos al verle, estuvo toda la noche en el porche y ni siquiera se cambió de ropa. Tenía aún su chaleco, pantalones y hasta los zapatos puestos.
Iba a despertar con dolor en los pies, y aunque se lo merecía no quería que eso pasara así que moví mi cuerpo con pesadez para llegar a sus pies, desaté las agujetas y avente los zapatos lejos. Él se movió un poco y levantó la cabeza con sus ojos soñolientos e hizo un ruido con su garganta.
Me levanté de la cama y me puse la bata que se me había dado, la cerré y lo miré otra vez —No es obligación dormir aquí, Daryl. Si no quieres hacerlo puedes quedarte abajo.
No dejé que contestara pues rápidamente salí al pasillo para ir al baño compartido, me rehusaba a usar el de la habitación. Hice un poco de pipí (no fue un poco, aproveché el día anterior la cantidad de botellas de agua que había) y al lavarme las manos y la cara miré ante mí el reflejo.
Era yo, de nuevo. Mi cabello poco a poco iba recuperando su forma natural y su brillo, mis labios ya no estaban blancos y mis ojeras eran casi nulas.
Pero las preocupaciones, los miedos y la falta de comprensión seguían muy presentes. Más de lo que me gustaría.
Pregunté a mi reflejo que debería hacer, ya había pasado varios días desde que supe de mi embarazo y no había ido con Pete para que quitará mi problema porque lo quería hacer yo. No lo conocía de nada y el hecho de tener que estar entre mis piernas no me agradaba para nada.
Miré los ganchos de alambre que estaban amontonados en la esquina y asentí con la cabeza respondiéndome.
Todos estarían fuera de casa hoy, a mi la jardinería me tocaba hasta mañana entonces lo tenía todo para mi momento a solas.
Salí del baño y caminé por el pasillo para ir al cuarto que mi hijo y Carl compartían. Abrí un poco la puerta para mirar entre el pequeño espacio y los miré completamente dormidos. Por el reloj de agujas que estaba arriba de la cabecera de Carl me di cuenta lo temprano que era, así que decidí dejarlos descansar un poco más.
Bajé las escaleras en silencio, las ventanas me mostraban los rayos de sol mañaneros y el silencio me hacía escuchar mis pensamientos.
Necesitaba una señal, necesitaba sólo una señal para saber si estaba equivocada en mi plan o no.
Abrí el refrigerador buscando que hacer de desayuno, el día anterior nos habían traído suficiente comida para la semana y tenía de donde escoger.
Saqué la caja de huevos, la leche, la mantequilla y al cerrar la puerta puse las cosas en la isla de la cocina y saqué la harina para hacer panqueques.
Según Olivia, la encargada del almacén, este kit de comida se la daban a los recién llegados, después de esto tendría que meterme a una lista de espera para volver a obtener más. Se apiado de nosotros al saber que vivíamos muchos en una casa y me dió el doble de la ración de panqueques, entonces estaba feliz.
Batía la mezcla con fuerza, sentía mi brazo cansarse donde mi práctica se había hecho nula, según mis cuentas, este desastre de mundo llevaba un año y tantos meses, todo ese tiempo tenía sin tocar la cocina.
Recordé que solía cocinar cuando discutía con Merle o Daryl, también cuando Norman enfermaba y estaba preocupada. Siempre pudo reconfortarme el aroma a comida hecha por mí.
Levanté la vista al notar una presencia, frente a mí estaba Carl con su pijama puesta y su cabello largo, se había negado a que se lo cortara pues esa tarea sólo la había hecho su mamá, le respetaba eso. Le sonreí después de escuchar su murmuro de buenos días.
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la familia ♡ daryl dixon ♡
FanfictionCuando el apocalipsis golpea en el mundo Daryl sólo tiene en mente a dos personas, su mujer y su hijo a quiénes, aunque no lo diga siempre, los ama con todo su dañado corazón. ¡¡Esta historia no está editada, conformen los capítulos pasan podrán not...