la familia ♡ daryl dixon ♡

♡ Tyresse ♡

Había pasado una noche desde que habíamos enterrado a Beth. Una noche de no dormir y dejar que las lágrimas nos inundaran.

El frío se hizo presente, demostrandonos que el Otoño estaba llegando. Era de noche cuando teníamos prendida una fogata, Norman estaba sentado acurrucado a Daryl mirando las llamas bailar, con su mirada verde perdida. Ninguno de los dos hablaba y se preocupaba de lo que pasaba al rededor. En ese momento se parecían demasiado, la misma cara de dolor estaba grabada en sus bellas caras.

Yo estaba recargada en uno de los carros, un poco lejos de ellos. Desde donde estaba podía mirar a Noah y Rick hablar sobre algo.

Unos segundos después Tyresse se puso a mi lado, quedándose en silencio por unos minutos mirando a su alrededor.

—Le di un chocolate a Norman, ni siquiera me miró —dijo él rompiendo el silencio, le miré.

—Cuando su tío murió dejó de hablar por unas horas pero después se compuso, ya ha pasado un día —murmuré mirando la carita de mi hijo —Probablemente ya está cansado de esto.

—Si es cansado para nosotros me imagino lo que es para un niño —suspiró —Ten.

Miré lo que me daba, era otro chocolate. Solté una risa silenciosa tomándolo, abrí la envoltura y le di la mitad.

—Gracias.

—Eres la única madre del grupo, es como un regalo del día de las madres.

—El día de las madres suele ser en la primavera, Ty.

—En el nuevo mundo podemos hacer nuestras nuevas reglas —bromeó dándole una mordida.

Reí —Tienes razón... Eres un buen hombre.

—Lo dices como si fuera malo, tu también eres una buena mujer.

—Trato de no perder la fe, pero en la biblia misma se dice que los buenos hombres son los primeros en dejar el infierno.

Tyresse me miró sonriente, como solía hacer cuando trataba de demostrar lo bueno que podía ser el mundo.

—Tal vez.

—Jamás te agradecí —dije poniendo una mano en su brazo —Por Judith, nunca creí que la volvería a ver. Gracias.

—Ella me salvó a mí, Fel. Me hizo un buen hombre de nuevo.

♡♡♡♡

Noah venía de Richmon, un condado de Virginia y ahí es donde él y Beth iban. La última voluntad de ella fue llevarlo allá y acordamos que sería un gran plan en su memoria dejarlo en su hogar, y tal vez podernos quedar allí.

—Ve tú, me quedaré con Norman —dijo Daryl casi en un susurro.

Y es que lo entendía, él no tenía mucha esperanza de que el lugar siguiera de pie y entendía lo que la muerte de Beth dejó en él.

Después de su entierro entre lágrimas me contó lo que vivieron juntos y lo triste que se sentía de su muerte. Yo no supe que hacer, sólo solía besarle los nudillos, en muestra de que estaba ahí, para él.

Íbamos de camino a Richmond. Tyresse manejaba con Noah de copiloto. Yo iba junto a Rick en el asiento trasero y Michonne junto a Glenn en la parte trasera de este.

Miraba por la ventana, disfrutando del bello bosque que estaba por la carretera, me podía imaginar corriendo entre los árboles, pero sin huir. Corriendo de mero gusto, como si al final del bosque un cofre de oro me esperara.

Noah y Tyresse comenzaron a hablar sobre sus padres, y como la muerte de Beth era algo que tenía que pasar. Yo estaba de acuerdo, Noah se sentía culpable de eso pero no era así.