la familia ♡ daryl dixon ♡

♡ Hershel ♡

Norman ya estaba bien.

Incluso por fin pudo salir a respirar aire fresco, y todos estábamos contentos. Sólo dos o tres personas seguían débiles pero hasta ahí. Hershel les salvó la vida.

Norman ahora mismo estaba con Carl y Rick revisando las plantas de tomates, parecía que todo volvía a la normalidad.

Hershel también había salido del pabellón, me lo encontré mirando a su alrededor, me acerqué a él y sin avisar le di un fuerte abrazo.

—Gracias, eres el viejito más duro que he conocido —susurré a su oído para después separarme.

—Lo tomaré como un cumplido —rió, poniendo su mano en mi hombro.

De la bolsa de su pantalón sacó su pequeña biblia y me la extendió, yo fruncí mi ceño sin entender porque me la daba, antes me había dicho que era de su esposa.

Él agarró mis manos y prácticamente obligó para que la agarrara.

—Toda mi vida me he enriquecido con las bellas palabras de Dios, pero como dices tú, soy un viejito, no duraré otros 10 años más.

—Herhsel, que dices, salvaste la vida de mucha gente ayer, ¡Dios te recompensará con 50 años más!

—No, recuerda que el mejor regalo de Él es la muerte. Espero no morir hoy, ni mañana. Pero algún día lo haré y quiero que te la quedes —comentó con una sonrisa en su boca —Mi vista ya no es como antes, ahora tu me la tendrás que leer a mí.

—Trato hecho.

—¿Ya terminaron de besarle el culo a Dios? —preguntó Daryl, interrumpiendo.

—Sí, hijo —contestó Hershel, ignorando la blasfemia.

Antes de que Daryl dijera algo más Nate se acercó a nosotros y me abrazó fuertemente, no nos habíamos visto y obviamente nos extrañamos.

Escuché que Daryl cerraba la cajuela del auto de azote y caminó junto a Hershel quien había avisado que saldría con Michonne.

—Me alegra de que estén bien, tú y Norman —susurró separándose de mi abrazo.

—¿Dónde está Carol? —preguntó Daryl, interrumpiendo otra vez.

—Oh, Daryl. Debes hablar con Rick sobre eso, ella está bien, pero habla con él —respondió Herhsel antes de irse con Michonne

—Te tengo una sorpresa —susurró Nate a mi oído.

La sorpresa se encontraba en la torreta, cuando me trajo hasta aquí subimos las escaleras. Él iba delante de mí por lo que llegó primero.

Cuando entré por completo miré que tenía una de mis mochilas con él, pero no cualquiera, la que anteriormente le pertenecía a Merle.

—Daryl y yo fuimos a tu celda, estábamos discutiendo un poco, en su molestia no se dió cuenta de que tiró esto —dijo, sacando de la mochila un rollito envuelto en cinta gris —La agarré antes de que se diera cuenta.

—¿Por qué discutías con Daryl? —pregunté confundida.

—No importa, sabes que su naturaleza es discutir.

Agarré el rollo y con mi navaja lo abrí, demostrando lo que yo ya sabía que contenía.

Un polvo blanco salió a la luz, un polvo blanco que en mi adolescencia fue el amor de mi vida.

—No, no puedo —me negué, tratándome de convenver —Lo dejé hace mucho, ahora soy madre.

—Sí, y tu hijo está vivo y feliz, hagamos esto en celebración. Vamos, sé que quieres.