la familia ♡ daryl dixon ♡

♡ Michonne ♡

Rick ni siquiera parpadeaba, estaba en un shock terrible. Los llantos de la bebé se escuchaban, la nariz de todos estaban intentando de no dejar que los mocos salieran, temblabamos. No eramos sólo amigos unidos por una pandemia, eramos una familia.

Perder a uno de nosotros era horrible, Lori era una hermana, T-dog también era un hermano y ahora jamás estarían de nuevo. Jamás hablaría con Lori acerca de lo que extrañamos de ser amas de casa o de lo mucho que nos gustaba estar con nuestros hijos, tenía una carga muy fuerte en los hombros y la sentía más pesada con la bebé en los brazos y con Carl a mi lado.

No me quejaba en absoluto, pero estaba sola porque Rick ni siquiera estaba en condiciones para mirar a su pequeña hija o para consolar a Carl.

—Traela para verla —me dijo Hershel, me acerqué aún temblorosa —Afortunadamente parece sana, pero morirá si no recibe fórmula.

—Eso no pasará, no perderemos a nadie más —dijo Daryl colgando su ballesta en su hombro —Felicity, ven.

Con todo el cuidado del mundo dejé a la bebé en los brazos de Carl y después de acariciarle la cabeza a él y Norman fui a donde estaba Daryl.

—Rick está muy mal, el niño acaba de perder a su mamá —comenzó a decir susurrando.

—Cuidaré de él —interrumpí —Cuídate mucho por favor, te necesito conmigo, nunca quiero comprender el dolor de Rick.

♡♡♡♡

Había pasado una hora aproximadamente de que Daryl se había ido junto a Maggie y Rick había desaparecido.

Yo mecía a la bebé con el nerviosismo en punta pues nunca me había gustado escuchar a un bebé llorar tanto y saber que lloraba de hambre me hacía sentir miserable.

Norman estaba sentado frente a mí, viendo a la bebé con un cierto brillo en los ojos, probablemente era la única persona feliz entre nosotros.

Me habían anunciado la muerte de Carol hace un rato y me sentí triste, eran demasiadas muertes por culpa de un sólo idiota, uno de los reos.

Ese reo lo habían creído muerto pero el dicho de “hierba mala nunca muere” era muy cierto. Y en este nuevo mundo había muchos de esos.

Una lágrima se deslizó por mi mejilla cuando recordé que justo esta mañana había hablado con todos ellos, que habíamos desayunado en familia y lo feliz que Lori estaba por el arreglo de su matrimonio. ¿Por qué le habían quitado eso?

—Mamá, puedes cantarle la canción que cantabas para mí cuando lloraba —sugirió Norman.

Sonreí y miré a Carl pidiéndole permiso con la mirada, él dio una sonrisa ladeada, la primera que daba en todo el día.

Comencé a cantar, casi sonaba como pequeños murmuros pues no tenía ganas, la mecía de un lado a otro. El cuarto iba perdiendo el ruido de su llanto y por un minuto quedó todo en silencio.

—¿Funcionó? —preguntó Carl pero en ese momento comenzó a llorar de nuevo —¿Fue mi culpa?

—No, corazón. Se cansan de llorar, así estará por un rato.

Daryl y Maggie habían llegado con dos mochilas en la mano, dejé a la bebé en brazos de Daryl quien la recibió sin chistar y fui a la mesa donde le preparé la mamila. Comencé a agitarla yendo hacia mi esposo con la intención de cargarla de nuevo pero Daryl negó con la cabeza y pidiéndome la mamila. Sonreí dandosela.