♡ Beta ♡

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La mujer seguía parada frente a nosotros con varios de su grupo detrás. Pedía la libertad de su hija a cambio de dos integrantes de nuestro grupo, el novio de Enid y el maestro de música que había llegado a Alexandria hace unos días. Alpha, como se hacía llamar, estaba con una postura potente dando a entender que nunca aceptaba los no como respuesta.

—Tu hija se queda —bramó Daryl.

—Respuesta equivocada —contestó ella.

De los maizales que cultivaba Hilltop salieron más integrantes, era un poco inquietante ver a la gente vestida de caminantes, como si mi mente no pudiera procesarlo por mi acostumbramiento a los errantes como monstruos sin capacidad de movimiento. Daryl me miró, asentí con la cabeza dándole mi apoyo.

Se abrió paso entre la gente que estaba arriba con nosotros, yo seguía inerte mirando a esa mujer calva con mugre pegada sobre su cara, los ojos de aceituna brillaban, como si la situación estuviera ya arreglada. Kelly palmeó mi hombro.

—Connie está escondida abajo —explicó con preocupación —Por favor, Tara no me deja ir por ella.

—Es arriesgado, Fel. Lo sabes —susurró la nombrada.

Miré de nuevo a Kelly, sus ojos marrones estaban inyectados en angustia. Si miraban a la mujer la matarían con tal de darnos una razón más para devolver a Lydia. Me recordé siendo hermana, lo que yo haría. Asentí con la cabeza apretando el hombro de Kelly.

Bajé las escaleras justo cuando Daryl estaba apunto de salir, me miró con curiosidad. Con mi cabeza le mostré la salida que tomaría, la salida de emergencia que llevaba directo a los maizales. Alzó su ceja delgada mientras movía su cabeza. Medio la espalda mirando la puerta abrirse.

Pasé por ese lugar cuidando de no cortarme con las láminas de la alambrada. Fue fácil abrir la pequeña puerta, lo que no me agradaba era tener que pasar casi de rodillas. El primer maíz golpeó mi cara haciéndome quejar un poco.

Ahora el problema sería encontrar a la mujer de cabellos afros. Caminé escuchando gruñidos que sin duda alguna no eran de los impostores. Respiré con irregularidad mirando por todas partes, una sombra potente me hizo dar unos pasos hacia atrás.

Alguien corría a mi alrededor. Saqué mi navaja preparada por si era uno de ellos, me comencé a asustar caminando por donde escuchaba los pasos. Era un hombre. Corría pero parecía que arrastraba su pie, como si este no funcionara. Los caminantes no corrían y los impostores se les miraba sanos.

Miré a todas partes escuchando los maizales ser empujados... fui empujada de igual manera, mi confusión me hizo débil por lo que caí al piso. Seguía desconcertada, pero al mirar arriba Connie fue quien me tiró, enterró su cuchillo en la frente de un caminante.

Me levanté rápidamente, hice señas tratando de que me entendiera. Le preguntaba si estaba bien. Ella movió su cabeza en asentimiento, lo hice de igual manera.

—Vámonos de aquí —murmuré moviendo mi cabeza.

La guíe al lado contrario para poder llegar a Hilltop pero un llanto de bebé me hizo parar en seco. Levanté mi dedo pidiéndole un segundo, caminamos un poco hasta poder ver que es lo que pasaba.

Los caminantes se acercaban mientras que una mujer con máscara dejaba a su bebé en el piso, para que fuera devorada. Mi corazón latió con impotencia. No podía creer lo que esta gente estaba dispuesta a hacer para callar los llantos de una criatura indefensa.

—No puedo dejarlo —murmuré para mi misma, pero Connie leyó mis labios.

Tocó mi hombro moviendo su mano tratando de indicarme que iría conmigo. Respiramos hondo antes de correr fuera de los maizales. Todos nos miraron, incluso la mamá del bebé pero no hizo nada.

la familia ♡ daryl dixon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora