♡ Mejor Amiga ♡

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Miré a la puerta donde estaba parado Carl, volví a sollozar al sentirme débil. Quería matarme, podía escuchar las voces de todos los que habíamos perdido.

Carl se acercó a mí y me ayudó a levantar, aunque estaba siendo muy brusco, como si me quisiera aventar. Bajamos las escaleras y Rick ya no estaba en el sillón, salió del cuarto de baño.

—¿Están bien? —preguntó como pudo. No obtuvo respuesta de ninguno —Coman.

Nos extendió una bolsa de frituras, pero sólo pensar en comerlas me daban náuseas, me daba mareo. Me senté en el piso, donde estaba una pila de ropa y puse mis manos en mi cara.

—No tengo hambre —contestó de mala manera Carl.

—Come.

Dicho esto Rick le aventó las frituras a Carl y después unas a mí. Las agarré y las aventé lejos de mí no soportando ni siquiera el olor a rancio de estas.

Ayer teníamos fruta y verdura fresca, al alcance de un árbol y ahora teníamos que comer esta mierda. Esperaba que el Gobernador se estuviera pudriendo en el infierno.

Acerqué mis rodillas a mi pecho y escondí mi cara en estas, volviendo a sollozar. Odiaba mi vida, odiaba todo mi alrededor. Odiaba a Dios.

Siempre cumplí su palabra, siempre oraba, siempre leía su libro sagrado, nunca perdí la fe, y cuando lo hacía regresaba a Él, ¿cómo me lo pagó? Matando a mi hijo de la peor manera posible, probablemente también llevarse a mi esposo.

Hershel salvó la vida de muchas personas, se sacrificó por ellos, puso su vida en peligro y fue agradecido siendo degollado frente a sus hijos.

MALDITO SEAS DIOS

MALDITO SEAS DIOS

MALDITO ERES DIOS.

Se repetía en mi cabeza, me miraba gritando al cielo hasta perder la voz, no había más fe. Mi vida había terminado.

Después de un rato alcé la mirada y noté que Rick estaba dormido o desmayado en el sofá, realmente no me importaba mucho porque me sentía rara. Podía ver todo lo que sucedía pero era como si no entendiera, como si no pudiera escuchar.

Carl se acercó a mí y comenzo a hablar pero sólo podía ver su boca moverse no salían palabras de ella. Él comenzó a moverme de un lado a otro pero ni siquiera eso sentí.

Se dió la vuelta mirando a su papá y le comenzó a gritar, pero no sabía que le gritaba o reclamaba, pensé incluso que había quedado sorda.

—¡Ahora Norman y Judith están muertos!

Ese grito que Carl dió me devolvió al mundo de imaginación que había tenido. Hace unos días tenía una hermosa bebé en mis brazos, junto a un hermoso niño que me decía mamá y ahora estaba sola, sin nadie a quien proteger y sin nadie que me protegiera.

Miré como Carl salía por la puerta trasera y ni siquiera pude impedir que lo hiciera, me volví a hacer bolita en la pila de ropa.

—Mi vista ya no es como la de antes, ahora tú me la tendrás que leer a mi —escuché el eco de Hershel.

Saqué la pequeña biblia de la bolsa de mi pantalón y aún estando acostada de lado la miré y mi mente se llenó de recuerdos, de como Hershel era degollado. De como tal vez Norman gritaba por mi ayuda. De Lori pidiéndome que cuidara a sus hijos como si fueran míos, les había fallado, fallado a todos.

Después de un rato abrí mis ojos y noté a Rick arrastrándose cerca de Carl mientras el niño lloraba y me pedía ayuda, pero yo era incapaz.

Noté como él se rindió y espero la muerte pero después miré como Carl lo abrazaba con una exclamación de felicidad.

la familia ♡ daryl dixon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora