♡ Cherokee ♡

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Carl había salido bien de la cirugía y yo no podía estar más contenta porque aunque sea pequeña la esperanza seguía viva.

Los hombres trajeron las camionetas y todo eso para que pudiéramos acampar fuera de la granja del señor Hershel, a quien todavía yo no conocía.

Saqué las mantas de la camioneta y puse tres tendidas en el pasto, para que no picara.

—Mami, pero hará frío —hizo un pequeño berrinche Norman.

—Eh, sin berrinches —hablé con voz autoritaria —Nada de berrinches y de gracias de que dormiremos bien cenados.

Norman hizo un puchero que ignoré. Odiaba cuando me quería hacer escenas en público, por qué salió tanto a su papá.

—Felicity —llamó Glenn —Ten

Su mano se extendió con una manta en ella, negué con la cabeza.

—No la usaré, en serio, haré guardia y nada más haría el mal.

A regañadientes la acepté porque a final de cuentas me la iba a poner cuando quedara dormida.

—Buenas noches, Norman —dije para después darle un beso en la frente.

—¿No dormirás conmigo por berrinchudo? —preguntó susurrando mientras se tocaba su cabello, cosa que hacía cuando él sabía que estaba a nada de castigarlo o regañarle.

—Esperaré a tu papá, duerme ya.

El niño volvió a hacer puchero y me dió la espalda tapándose hasta la cabeza. Rodé los ojos, ese niño era lo más tierno del mundo pero cuando quería era una pequeña pesadilla berrinchuda.

Escuché la risa de Glenn, lo volteé a ver y simplemente se encogió de hombros.

—Te quejas del niño pero hacen exactamente los mismos gestos.

Me reí un poco porque era verdad.


Más tarde, Daryl ya había llegado y estaba sentado junto a mí. Yo ya estaba acostada junto a Norman quien soltaba ligeros ronquidos.

Daryl estaba limpiando flechas, completamente enfocada en cada una de ellas y yo lo miraba a él. Quería buscar cualquier rastro en su cara que me dijera en que pensaba.

Cuando terminó con ellas su vista la dirigió al frente, suspirando. Sabía que me estaba ignorando.

Andrea pasó y le dió una pequeña sonrisa, él asintió con la cabeza.

—¿Estuvo buena la charla motivacional, Daryl? —pregunté

—Ya es tarde para discutir, con un carajo.

—Sólo decía

—El enojado soy yo, ¿tu por qué deberías estarlo?

—¿Tu que derecho tienes a estar enojado? Literalmente escapas de mí, en unos momentos estás bien y en otros mal, no soy tu puta adivina, Dixon.

—Basta, no tengo humor.

—Que raro en ti, amor —hablé con sarcasmo.

—Ya duérmete, mañana me acompañaras a buscar provisiones y hablaremos lo que gustes, no daremos un puto show aquí.

—¿Por qué debo hacerte caso? Si tu haces lo que quieres yo también.

—Me desespera lo infantil que eres.

—Lo hubieras pensado antes de casarte conmigo —mi voz se había levantado en esa frase, pude sentir la incomodidad de la gente a mi al rededor, me sentí avergonazada.

la familia ♡ daryl dixon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora