♡ La Familia ♡

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No sabía de que manera poder luchar con mis piernas adoloridas y lastimadas. Estaba recargada al árbol con ambas manos tratando de detener la hemorragia que se había producido, ni siquiera era capaz de ver el cuchillo que aún se encontraba clavado en mi, que Nate no se había molestado en sacar, conociendo que yo sería incapaz de hacerlo pues podría morir desangrada en un mal movimiento.

El hombre que había dejado de ser un extraño había terminado con los caminantes descarriados y ahora se encontraba sentado, mirándome fijamente.

—Estás vieja —comentó con desagrado. No contesté —Que diferentes habrían sido las cosas si te hubieras casado conmigo.

—Ahora mismo estaría muerta, como tu ex mujer —bramé.

Nate sonrió y caminando lentamente hacia mi levantó su pie, lo recargó en la navaja e hizo presión. Un grito doloroso salió de mis labios, lleve mi mano al lugar mientras las lágrimas salieron de mis ojos sin poder evitarlo. Traté de respirar con normalidad mirando como volvía a su posición inicial.

—Me pregunto cuántos días podrás soportar todo lo que haré contigo —siguió diciendo, ahora miró al cielo nublado —Es divertido pensar que tratas de ser valiente, como si hicieras un sacrificio por tu hijo. Pero tendrás que ver como mato a Norman... tal vez a la bastarda de Rick, también. Ojalá y yo supiera a dónde se dirigía el helicóptero...

—¿Qué helicóptero? —pregunté confundida.

—Fui los putos ojos de este bosque, viviendo en el Santuario escondido como un perro. Siguiendo sus estúpidos planes de arreglar ese puente —comenzó a registrar mi mochila, donde sacó una muñeca de Luna —Cayó al lado del río, yo mismo lo iba a matar. Pero la chatarrera fue más rápida que yo.

—¿Está... ella lo mató? ¿Tu viste aquello?

—¿Por qué debería sacarte de la duda que no te deja dormir?

—Porque eres un idiota que me habló del helicóptero.

Sonrió mientras asentía con la cabeza. Sostuvo con más fuerza la muñeca, como si la estuviera ahorcando, burlándose en mi propia cara de lo que le hizo a mi hija. En algún momento le arrancó la cabeza rubia, haciendo que rodara hasta mis pies. La muñeca favorita de mi hija, con la que cada noche dormía. De los últimos recuerdos que tenía de ella.

Odié a Nate, más de lo que ya lo hacía. Parecía estar tranquila, aceptando el destino que me esperaba, pero en realidad estaba tratando de averiguar como largarme de aquí. Mis piernas estaban lastimadas, no podría correr pero tal vez podría matarlo. Miré nuevamente el cuchillo que estaba clavado en mi muslo.

—¿Por qué las bombas? —pregunté.

—Sabía que correrían a las comunidades y que utilizan ese atajo. Aunque, sinceramente, creí que tu irías a Alexandria; yo esperaba a Daryl —explicó —Los caminantes van en camino a esa comunidad.

—Eres un idiota, Nate —contesté burlándome —Tantos años planeando una venganza que hasta mal te saldrá. Obviamente estamos preparados para hordas. No somos el mismo grupo de antes, ahora mismo me deben estar buscando.

—¿Te imaginas que por accidente una bomba más suene hasta acá? —se levantó, ignorando mis palabras —Justo cuando tu esposo y amigos caminen mientras te buscan, atrayendo a caminantes, con esa muerte segura. Te dejaré viva, en un cuarto con los restos de esos asquerosos perros. Me debiste haber matado, preciosa. Si hubieras tenido valentía, tu hija ahora estaría viva.

—Negan te debió matar... ese era mi plan inicial. Pero no lo hice, no por cobardía, no lo hice porque no me ensucio las manos con basura como tú.

Su puño se impactó en mi cara con tal fuerza que pude sentir el golpe caliente dispersarse por todo mi rostro. Escupí a mi costado la sangre que se concentró en mi boca. Cuando estuve a punto de acostumbrarme a ese dolor, el golpe en mis costillas me sacó el aire. Los sonidos sordos de sus botas impactándose en mi cuerpo comenzaba a martillarme.

la familia ♡ daryl dixon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora