la familia ♡ daryl dixon ♡

♡ Patrick ♡

Antes de conocer a Daryl tenía un grupo de amigos como cualquier adolescente. En ellos estaba Louise, Ámbar, Nate y yo.

Salíamos a todos lados juntos, no había ni un sólo bar que no hayamos pisado juntos. Mis primeras rayas de coca o toques de marihuana fue junto a ellos, pero claro está que todo acabó en cuanto me casé con Daryl.

Nos mudamos en otro pueblo y cada quien siguió su camino sin preguntarnos que sería de nosotros después.

Frente a mí estaba Nathan, mejor conocido como Nate. Mi amistad más cercana totalmente cambiado.

Tenía el mismo cabello rizado, pero ahora un poco más largo. En las esquinas de sus ojos habían pequeñas arrugas asomándose, estaba segura de que había envejecido unos diez años después de esto.

Norman ya se había ido a instalar a los niños, yo me senté en el patio junto a mi amigo sin saber qué decir o por donde empezar, estaba totalmente sorprendida.

—Me casé con Ámbar —contó, haciendo una mueca después —Tuvimos un bebé, unos años después de que te fueras.

—¿Qué pasó con ellos?

—El día en el que esto empezó el bebé estaba en la guardería, ella iría por él, como siempre. Se descontroló todo y fui a buscarlos, estaban en el auto... destrozados.

Tragué con pesadez, no queriendo imaginar esa escena terrible. Ahora veía porque mi amigo se miraba de la edad de Daryl.

—Lo lamento muchísimo, en serio.

—Aprendes a vivir con eso —dijo encogiendose de hombros —¿Qué fue de ti? Supe que te fuiste al pueblo natal de los Dixon.

—Así es. Tampoco era tan lejos, sólo 45 minutos de viaje.

—¿Era tu hijo? El niño que estabas cargando.

—Sí, es mi pequeño sol.

—Te ves mal, Felicity —apuntó, quitando el cabello de mis hombros haciendo que cayese a mi espalda, como hacía antes.

—Vaya, gracias —reí rodando los ojos —Tu Gobernador nos estuvo torturando varios días, creo que es obvio.

—Nadie sabía de eso, él decía que ustedes eran malos, que hasta mataron al Dixon mayor.

Miré a Nate y mordí el interior de mi mejilla no queriendo decir nada más al respecto, el Gobernador se había ido y así estaba bien, lejos.

—¿Tu no combatias? —pregunté

—No, mi lugar era con las mujeres y niños.

Asentí sintiéndome feliz de eso, habérmelo encontrado en otras circunstancias hubiera sido horrible, completamente.

Mi cabeza se volvió a la puerta que daba el pabellón cuando esta fue abierta dejándome ver a Daryl, él miró con el ceño fruncido a Nate y después a mí, pero sin acercarse.

—Daryl, ven —moví mi mano en gesto de que se acercara, él lo hizo —Nate, él es Daryl. Daryl, él es Nate.

—Claro que sé quien es, él arreglaba mi auto.

Ay, Nate, ¿por qué dijiste eso? Noté que Daryl apretaba más la ballesta en sus manos. Nate estiró su brazo para darse un apretón pero claro que sí, mi esposo lo dejó así dejando un ambiente incómodo.

Nate bajó lentamente su mano y se las guardó en el bolsillo del pantalón asintiendo con la cabeza, se levantó y rápidamente se metió al pabellón.

Miré a Daryl frunciendo el ceño.

—Deberías ser más amable.

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