Comenzaba a odiar los cambios de clima, pero le atribuía todo al hecho de que llevábamos un día sin comer o beber.
Norman solía llorar de hambre, comenzaba a ponerse irritable y se comportaba como un malcriado no queriendo hablar como antes y siempre con el ceño fruncido.
Daryl le había ofrecido una lombriz para que tuviera algo en el estómago pero Norman simplemente la tiró al piso y aplastó cruzando sus bracitos delgados. Carl le pasó un brazo por sus hombros y lo alejó un poco.
Yo ni siquiera tuve fuerza para regañarle. Me sentía mareada, deshidratada, asoleada. No sabía cuanto duraríamos sin algo en nuestro estómago.
Daryl se molestó, no sé con quien exactamente y fue al bosque con Sasha y Maggie en busca de algo que pudiera servir.
Los demás nos sentamos en la carretera, cansados, sudados y sucios. Estaba sentada junto a Abraham, el pelirrojo gigante que ya no se miraba con la misma confianza en los ojos cuando le conocí. Él me miró durante un momento y después regresó su vista a sus botas tipo militar.
—No te avergüences por tu hijo, a este punto escuchar un llanto o una rabieta es señal de que seguimos con vida —murmuró, pero no en un tono normal, sino como si él tratara de creerselo.
Glenn, que estaba frente a mí junto a Tara, asintió.
—A veces el llanto de Judith me hace sentir bien.
Callamos cuando miramos como regresaban los que fueron, pero regresaron con las manos vacías, quería llorar cuando miré la cabeza de Daryl moverse diciendo que no.
Antes habíamos pasado hambre, pero esta vez era más difícil. Antes no habíamos perdido a tantas personas tan queridas. Antes tenía a Hershel rezando conmigo o a Lori abrazándome. Antes teníamos a Beth cantanto y a Tyresse vigilando. El hambre y la sed pesaban más, ni siquiera mi propia saliva hacía el efecto porque sentía que ya no la producía.
Norman se alejó de Carl y se sentó en mi regazo, viéndome directo a los ojos y en ese momento me dolió el corazón, jamás creí que mi niño pasaría hambre o dejaría de hablar por el miedo. Solté una lágrima solitaria, en silencio, casi de forma involuntaria.
Y lo que hizo Norman me rompió más el corazón.
Con su dedo índice recogió la lágrima y lo puso en su boquita, siendo ese el único líquido que había tenido en tantas horas.
Miré a Daryl, quien había presenciado esa escena y se puso de cuclillas poniendo sus manos sucias en su cara, desesperado también.
3 semanas después
Andábamos a pie, parecíamos caminantes mismos. Teníamos toda una horda detrás de nosotros pero no valía la pena acabar con ellos, no teníamos fuerzas.
Norman estaba a mi lado, su pequeña mano estaba en mi blusa y sus ojos estaban hinchados del llanto que soltó cuando sólo le pudimos dar dos galletitas saladas. Trataba de hacerle hablar, contándole historias, haciéndole preguntas pero nada lo hacía mover ni un poco los labios.
Rick paró su paso hasta que yo le alcancé. Miré a Judith en sus brazos y después a él, quien tenía una barba increíblemente crecida para sólo ser 3 semanas.
—Eres un hombre lobo, Grimes —comenté, tratando de ser cómica, pero mi voz no sonaba así —¿Quieres que la sostenga?
—No, la tuviste toda la noche. Quería asegurarme de que están bien.
—Tyresse salvó mi vida y lo único que pienso es que no debí haber ido.
—Daryl, Carl, Norman y yo estamos tan agradecidos por ese sacrificio.
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la familia ♡ daryl dixon ♡
FanfictionCuando el apocalipsis golpea en el mundo Daryl sólo tiene en mente a dos personas, su mujer y su hijo a quiénes, aunque no lo diga siempre, los ama con todo su dañado corazón. ¡¡Esta historia no está editada, conformen los capítulos pasan podrán not...