♡ Granero ♡

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Ya era otro día, estábamos almorzando en grupo. En círculo, Daryl estaba sentado a mi lado con Norman en sus piernas, comiendo. Miré a Glenn quien estaba mordiéndose las pocas uñas que tenía.

Norman tenía el cabello largo ya, podía notar que le picaba los ojos pero él no hacía nada por quitárselo. En estos momentos Daryl era el héroe de Norman y yo era algo así como la mamá regañona.

Bufé, quitándole el cabello de la cara.

—Debemos cortarte ese cabello —comenté, Norman se encogió de hombros.

—Me ofrezco de ayuda —dijo Lori soltando una risa.

Su risa me contagió y seguí comiendo de mi almuerzo. Hasta que Glenn se paró de la nada poniéndose en medio de todos nosotros. Lo miramos pero realmente no le pusimos demasiada atención.

—Hey, chicos —levantó la voz para que lo miraramos, lo hicimos —Hay caminantes en el granero.

Y después de eso la comida me supo amarga, ya no podía pasar lo que estaba en mi boca. Con toda la fuerza del mundo la pasé y tomé un trago de agua. No estábamos seguros, pero no me quería ir. No podíamos irnos, de aquí a que el bebé de Lori naciera tendríamos peligro de más.

El llanto de un bebé, el parto. No podíamos.

Todos nos levantamos y fuimos hacía el granero, para confirmar. Yo rezaba para que fuera algún tipo de confusión, que todo estaría bien, qur volveríamos a hacer nuestras cosas de siempre.

Cuando llegamos el único que se acercó fue Shane, para comprobar. Asintió suspirando, jadeé.

Daryl se acercó a ellos dejando a Norman conmigo, también temblando.

—Debemos acabar con esto o debemos irnos —habló Shane —Vámonos de aquí, habíamos hablado de Fort Benning.

—No podemos irnos —interrumpió Rick —Somos huéspedes, son sus tierras y debemos respetar.

—¿Por qué no? ¿Por qué no debemos irnos? —preguntó un Shane desesperado.

—Porque mi pequeña sigue perdida —respondió Carol, con la voz quebrada.

—Carol —suspiró Shane —Creo que debemos pensar en otras alternativas.

—¿Otras alternativas? —preguntó Daryl acercándose —Hace poco encontré pistas de la niña.

—Daryl, encontraste una muñeca. Una muñeca. Y si la niña estuviera viva jamás se hubiera acercado a ti con orejas colgadas en el cuello y drogado.

Para esto Daryl perdió la poca paciencia que tiene y se abalanzó a Shane. Yo me acerqué dejando a Norman atrás para separarlos. No podían hacer un show aquí.

—¡Basta, Shane! —grité separandolo de mi marido.

Me acerqué a Daryl para asegurarme de que estuviera bien porque él seguía lastimado. Pero en cuanto me acerqué se alejó bruscamente y murmuró un “déjame” y se fue.

Puse mi mano en mi boca mientras lo miraba irse porque era mucho para digerir. Algo en mí me decía que encontraríamos a la niña pero no en las circunstancias que queríamos y sabía que eso afectaría a Daryl.

Me acerqué a Norman y de la mano lo llevé a nuestro campamento improvisado. Mi niño tenía la cara pintada de preocupación y en mi mente no podía hacer más que rezar y rezar.

Ya había pasado un rato de estos eventos, Lori se había ofrecido a enseñar a leer a Norman porque sabía que estaba preocupada por Daryl y quería buscarlo.

la familia ♡ daryl dixon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora