♡ Mensajes ♡

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Dormir en mi cama sin Daryl solía ser un poco difícil, estos seis años nos habían servido bastante en nuestra reconciliación. Ya no discutíamos como solíamos hacerlo, ni nos mandábamos a dormir en otras partes que no fuera junto al otro. Compartíamos como nos sentíamos, lo que nos hacía molestar del otro para no dejar un problema crecer. Ya éramos ese matrimonia maduro que nos negábamos cuando el fin del mundo comenzó.

Aunque Luna estaba abrazada a mi, seguía sintiendo el frío de la cama sin aquel arquero que tenía mi corazón desde hace más de una década.

En mi descanso casi profundo, escuché el rechinido de la puerta pero no le hice caso sabiendo que Daryl pudo haber cambiado de opinión y llegar para darme él mismo la noticia del fallecimiento de Jesús. El colchón se hundió cuando se sentó en la orilla de la cama, sólo solté un pequeño quejido.

Con las yemas de sus dedos comenzó a acariciar mi cara empezando por mis parpados, siguiendo con mi nariz hasta que llegó a mis labios. Era raro, normalmente siempre me acariciaba con su mano abierta, jamás de esta manera tan delicada. Sonreí sin abrir los ojos.

—Duerme, mi amor —susurré volteándome negándome a abrir mis ojos —Mañana vamos a Hilltop, juntos. 

No contestó, seguía con las caricias en mi cara. Hasta que sentí como se inclinó a mis labios, besándolos con un pequeño pico. Entonces supe el error.

Abrí mis ojos de par en par sentándome con rapidez en la cama hasta la cabecera respirando sin control alguno. Luna también despertó soltando un pequeño gritito pegándose a mi pero la intenté calmar con mi abrazo de lado, aunque siendo sincera, estaba igual de asustada y sobre todo confundida. Negan estaba frente a mi, con poco cabello creciendo de su cabeza rapada en su cara descansaba una mueca.

—Lamento haberte besado sin tu permiso  —se disculpó encogiéndose de hombros —Tenía que hacerlo, al menos una última vez.

—¿Qué demonios haces aquí? —exigí saber cubriéndome con mi edredón.

—El idiota de Gabriel dejó la puerta abierta.

—Voy a gritar, Negan. Te lo juro que si no te largas gritaré hasta que se me acaben los pulmones.

—Eso quiero, irme. Claro, no a la celda. Sólo quise despedirme de ti... —sonrió enseñándome sus hoyuelos —Aunque me lastima que creas que te haré daño a ti o a la princesita. Se supone que me conoces mejor que nadie.

—Negan no te puedes ir, estás loco. Tu mereces estar en tu celda, eso no es una injusticia.

—Prometo que jamás volveré, no les haré daño, me pasará como a Rick. Simplemente la tierra me tragará —juró, después se volteó a mi niña de rizos rubios que estaba muy quieta con cara de confusión —Hola, muñequita. Lamento haberte asustado, era lo menos que quería. 

Antes de que cualquiera volviera a hablar, Judith apareció con su pijama aún puesta con el arma en alto apuntando la cabeza del intruso en mi habitación. Negan sonrió sin voltearse, pero se quedó muy quieto sabiendo que la niña no se detendría en volarle los sesos.

—Pensé que eras más listo —comentó Judith ladeando un poco su cabeza —Te dije que te alejaras de mi mamá...

—¿Tu sabías de su escape? —pregunté con incredulidad.

—Ella no sabía nada —la defendió Negan volteándose lentamente —Vamos, Judi no seas juzgadora. Tu al igual que tu mami sustituta me conocen mejor que nadie. Cuando tu padre y tu otra madre sustituta me encerraron dijeron que les serviría de algo, que mi detención le enseñaría a la gente que podíamos cambiar y tuvieron razón. Ya cumplí mi tarea, me toca regresar a mi hogar.

la familia ♡ daryl dixon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora