🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟶] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙

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—Hola, buenos días. — Mauro saludo rápidamente. —Necesito ver al menor Mateo Palacios Corazzina, que fue traído a este lugar el día de ayer. — le pidió con la mayor cortesía posible a la mujer que atendía la recepción de aquella casa hogar, luego de que Matías hubiera conducido rápidamente por toda la ciudad para llegar hasta ese sitio.

—¿Y usted es? — la mujer inquirió con desconfianza, debido a que no podía dejar pasar a cualquier extraño que se lo pidiera.

—Soy el asistente social encargado del caso y en verdad necesito ver cómo está el niño. — Monzón informó de inmediato, sacando la misma credencial que le había enseñado a la maestra, para que la otra ya no tuviera más dudas de lo que decía.

—En verdad necesitamos ver al niño señorita. — en esta ocasión habló Matías, recalcando en cierta manera ese "necesitamos", porque no le gustaba ver mal a su pareja.

—Se encuentra en la sección de 0 a 7 años, en la habitación C4. — ella les informó por fin, dandole paso a que el ojiverde tomará a Matías de la mano y corrieran prácticamente hacia el sitio que se les había indicado antes.

Mauro no era capaz de recordar cuándo fue la última vez que corrió de esa manera.

Mauro no era capaz de recordar cuándo fue la última vez que se sintió tan hecho mierda.

Mauro no era capaz de recordar cuándo fue la última vez que un "error" lo carcomía tanto por dentro.

Y todo haber hecho su trabajo o quizás por haberse metido con Pedro y no irse cuando tenía la oportunidad de hacerlo, para que nadie resultara herido.

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Mauro sintió que algo en su corazón se rompió con ante lo que veía, prácticamente ver a Mateo recostado sobre una cama, cubierto con una sábana y con un gran rastro de lágrimas por sus mejillas, terminaron por hacerlo sentir de lo peor.

—Mateo. — lo llamo, queriendo despertarlo y así hablar con el más pequeño. —Mateo despierta, cariño por favor despierta. — le dijo con dulzura, pareciendo ser suficiente para que el contrario se despertará casi de inmediato.

—¿M-mauro? — el morocho consultó confundido, en medio de un murmullo y aún algo mareado por todos los medicamentos que le habían dado para que el dolor físico que sentía desapareciera. —¡Mauro! — gritó desesperado, lanzándose a los brazos del otro quien hizo todo lo posible para no llorar también. —¡Mauro el me lastimo mucho! ¡Lastimo a Amelia y a Cristina! ¡Les dijo cosas feas y las trató muy mal! — se quejó de inmediato en medio de llanto, dejando en evidencia todo el daño que Pedro le había causado.

Y no hablaba solo sobre aquellos moretones que eran más que visibles por su cuerpo, o esos labios partidos y esas feas puntadas que tenía sobre la frente, las cuáles se le fueron hechas para cerrar una enorme cicatriz que tenía. El daño iba más allá de eso, después de todo el daño físico como psicólogo podía ser igual de fuerte y serio, y Mateo no solo tendría que lidiar con las marcas que tenía sobre su cuerpo, sino que también con los recuerdos de aquella maldita tarde.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora