🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟧𝟥]🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?


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—Muy bien Sativa, esto es lo que vamos hacer. — Mateo le decía a la gata de color naranja, la cual estaba con el en su cama, ya siendo la hora en la que debería irse a dormir. —Vos me vas a ayudar a atrapar al supuesto ratón Pérez, ¿Entendés? — indica, mirando seriamente a la minina, la cual solo maúlla un par de veces, pareciendo ser suficiente para que el morocho se convenza en seguir con su genial plan. —Nos vamos a quedar despiertos toda la noche, pero si me llegó a dormir, porque aún me siento mal, vos te vas a encargar de atrapar al ratón. — ordena. —Pero no te lo vayas a comer, solo lo atrapas y esperas a que me despierte, ¿Entendido? — consulta, recibiendo por parte de la gata una lamida en una de sus manos. —Excelente. — anuncia, para después cubrirse con una sábana, sin olvidarse de Sativa y que así el ratón no los fuera a ver, descubriendo toda la gran emboscada que habían armado.

—Dios, esto es demasiado lindo. — Mauro murmura, estando afuera de la habitación del menor, junto con Spallatti, quien sentía que se moría de la ternura, al igual que el ojiverde.

—¿En Halloween lo podemos disfrazar de ratoncito? — el mayor consulta, mirando de reojo al otro. —Dale decí que sí... — pide, ya imaginándose al pequeño vestido como un lindo ratón.

—Puede que sí, y si es que Mateo quiera disfrazarse. — Mauro comenta, para después poner atención a lo que Mateo le decía a Sativa.

—¿Y vos ya viste al ratón antes? ¿Nunca se te ha caído un diente? ¿O a los gatos no los visita el ratón Pérez? — el rizado consulta rápidamente, consiguiendo que los mayores se sientan desfallecer por sus palabras. —¿Por qué piensa que se lo van a comer? — agrega, pero obviamente Sativa no le iba a decir nada, aunque se lo pidiera.

—Chao que me muero. — Matías habla en voz baja, negando un par de veces con la cabeza, estando a nada de soltar una divertida risa por lo que aquel estaba diciendo.

—Shhh, no hagas mucho ruido, que nos va a descubrir. — Monzón reta al mayor, quien no le toma mucha importancia a sus palabras.

Mmmm, interesante. — Mateo susurra al haber pensado algo en su cabeza, pero sus pensamientos se ven interrumpidos por un par de estornudos. —No me gusta estar enfermo. — se queja, estando aún escondido debajo de la sábana. —¡Mau! ¡Mati! — llama a los mayores, en espera a que alguno de los dos apareciera en su habitación.

—¿Si?/¿Qué pasa? — los contrarios consultan a la misma vez, apareciendo al mismo tiempo en la pieza del morocho, curiosamente.

—¿A qué horas viene el ratón Pérez? — les consulta, sacando un poco la cabeza de dónde estaba escondido. Teniendo muy a la par a Sativa, quien parece estar disfrutando del supuesto juego que Mateo le estaba haciendo jugar.

—Bueno, verás... — Monzón habla, a la misma vez que se acercaba a dónde estaba el más pequeño. —El ratón Pérez solo viene cuando estás profundamente dormido, porque no le gusta que lo vean cuando hace su trabajo. — le explica, consiguiendo que Mateo salga de su escondite y mire directamente a Sativa.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora