🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟦𝟷] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?

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Ante la retirada de Mateo, Mauro y Matías se fueron sin pensar del lugar, ya con una ligera tranquilidad encima por ver ingresar al menor junto con Rocío al colegio. Aunque eso no les quitaba un poco de los nervios que sentían, a causa de lo que fuera a pasar con el pequeño durante todo el transcurso de la mañana y si iba a llegar a sentirse cómodo o no con esta nueva etapa.

Solo espero que no tenga problemas con nadie y que pueda hacer un amigo al menos, para que no se sienta tan solo. — Monzón comenta ansioso, mientras no dejaba de pensar en el morocho.

Dale amor, hay que tenerle un poco de buena fe a todo esto. — Matías responde de inmediato, sin distraerse en ningún momento de la carretera. —Yo pienso que le va ir bien, y vos también deberías de hacer lo mismo. — recomienda, como si al otro le fuera demasiado difícil entender lo que decía.

—¿Pero qué tal si le va mal? — Mauro pregunta ya sin saber cómo sentirse, o si aún creer que si todo esto fue una buena idea desde el principio y que no estaba exponiendo a Mateo a más situaciones estresantes de manera innecesaria. —Es que no quiero que regrese a la casa llorando si le fue mal, tampoco quiero que nadie lo haga sentir menos. — alega, a lo que Spallatti se termina orillando para hablarle como debía para que comprendiera lo que estaba pasando y que dejara de pensar como lo estaba haciendo.

—Mauro. — el mayor pronuncia, mientras llevaba sus manos al rostro del ojiverde, quien solo se le queda viendo de manera directa, sin decirle nada de por medio. —Ya deja de pensar en ese tipo de cosas, que solo te estás comiendo la cabeza con situaciones que aún no se dan o que posiblemente no sucederán. — dice, haciendo que el otro se muerda el labio inferior con fuerza, por la gran verdad que le había dicho a la cara. —Así que tranquilo, que solo te estás poniendo nervioso sin ningún sentido. — indica, a la misma vez que le dejaba un corto beso en los labios a Monzón, quien solo cierra los ojos en el proceso y suspira lleno de satisfacción por el suave y dulce contacto. —A Mateo le va ir bien en el colegio, ya lo veras. Y de que le va ir mal es poco posible, así que tranquilo... — agrega, alejándose del contrario, para poder seguir con su camino, porque el tiempo avanzaba y no quería llegar tarde a su trabajo, ni mucho menos que Monzón también lo hiciera.

Quien solo puede recapacitar en lo que aquel le había dicho con mucho detenimiento, y que solo tenía que relajarse y dejar de pensar en cosas que solo fueran negativas. La cuales al final del día podrían hacerse realidad, porque si pensamos demasiado una misma cosa se terminaría dando de alguna u otra manera, y vaya que el peliblanco no deseaba que nada malo le sucediera a su niño.

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Sobrevivir a la "separación" de Spallatti y Monzón, junto con la típica presentación que se daba en los salones cuando llegaba alguien nuevo. Puede considerarse como un triunfo enorme para Mateo, quien con toda la convicción del mundo y lo más importante que era algo de fe, pudo pasar esos dos críticos momentos sin mayores dificultades.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora