🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟶𝟪] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙

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—¿Podemos jugar en otra ocasión? — Mateo le preguntó a Mauro, una vez que su animada tarde de juegos había finalizado. —Es que me divertí mucho jugando con vos. — anunció, dándole un fuerte abrazo de agradecimiento al mayor que lo aceptó de inmediato.

—Claro que sí peque, pero eso sí, tenés que tratar de pórtate mejor en el colegio. — indicó, siendo el trato que había generado con el morocho para volver a verse de nuevo.

—Si, te lo prometo. — Mateo aceptó sin vacilar, pensando que si se portaba bien le iban a pasar solo cosas buenas.

—Bien, entonces te veo después. — Monzón se despidió del menor con una enorme sonrisa en el rostro. Al haberle causado una gran alegría por haberse quedado a jugar con él, por lo que pudo irse de lo más tranquilo y satisfecho.

Pero al estar unos cuantos metros alejados de la casa, vio llegar un auto bastante lujoso y que de este bajaba el mismísimo Pedro Palacios. Muy bien vestido con un elegante saco azul negro y una corbata que le llegaba hasta la hebilla de su cinturon, un buen reloj sobre su muñeca izquierda junto con un enorme portafolio que parecía tener muchas cosas importantes.

Mauro lo hubiera dejado pasar, ya había obtenido lo que quería y podía irse a casa sin más contratiempos, pero no...
Algo lo hizo acercarse a Pedro para poder hablar un poco acerca de la situación, y si podía hacer algo para que la situación se solucionará sin la necesidad de terminar en un juzgado.

¡Señor Palacios! — Monzón gritó, corriendo a toda prisa, impidiendo que el antes mencionado se alejara de la cochera. —Tengo que hablar con usted. — indicó, recibiendo rápidamente una mala mirada de parte del mayor.

—Ahora no niño. — lo llamó con desprecio. —Que estoy demasiado ocupado, para atender cualquier tontería que tengas por decirme. — comentó, estando dispuesto a entrar a su hogar.

—¿Ni para su hijo? — el ojiverde consultó ya indignado por el comportamiento del otro.

—¿Y ahora que mierda hizo ese maldito mocoso? — Pedro se quejó ya molestó, pensando en los miles de retos que le daría al morocho.

—Mateo no hizo nada. — Monzón habló rápidamente, defendiendo al pequeño. —Es más bien sobre usted y su esposa. — indicó, tratando de ser lo más respetuoso posible, aunque por dentro quisiera putear al contrario. —Verá, yo soy un trabajador social, que fue enviado para evaluar si no existe algún tipo de maltrato o negligencia dentro su hogar, que esté afectando en cierta manera a Mateo. — le dijo. —La maestra de Mateo fue quien levantó el reporte, y hasta el momento solo he encontrado algunos hechos que los pone a usted y a su esposa como irresponsables con respecto a la crianza del niño. — agregó, notando cómo el ceño de Pedro cambiaba con rapidez.

—¿Cuánto querés? — Palacios soltó, sacando al mismo tiempo su billetera.

—¿Disculpe? — Monzón consultó sin comprender a la primera el mensaje.

—¿Que cuanto querés para olvidarte de esto? Y poner que todo está bien en los jodidos reportes que hayas hecho. — Pedro habló, indignando demasiado al peliblanco, quien solo apretó los puños con fuerza.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora