🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟧𝟧]🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?


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Pero que miedosa que sos. — el nene invasor se burla de Isa, quien seguía buscando con la mirada a su padre o a Matías, para que alguno de los dos vinieran ayudarlos. —Sos una miedosa, sos una miedosa. — canturrea a manera de burla.

Isa no es miedosa. — Mateo habla en nombre de la pequeña, quien seguía detrás de él. —Así que no le digas de esa manera tan fea, que estás siendo grosero con ella. — declara pero el contrario solo lo ve con diversión y sin una pizca de miedo por lo que estaba pasando.

—¿Y que tiene? — el contrario consulta sin mucho interés, volviendo a burlarse de nuevo de la pequeña rubia. Quien había empezado a temblar y sollozar del miedo, algo que no le gusto en nada a Mateo.

¡Cerra la boca y no le digas nunca más así! — el morocho exclama al no aguantar más la situación, empujando con fuerza al invasor, pero no fue lo suficientemente fuerte como para tirarlo a la arena. —Vamonos Isa, vamos a buscar a Matías y al tío Paulo. — declara, aunque antes de que Isabel pudiera decirle algo, el otro nene se le fue encima.

Empezando de esta manera una salvaje pelea con Monzón, consiguiendo en medio del forcejeo que Londra se asustará demasiado y saliera corriendo del lugar.

Porque quería que todo esto se terminará y que nadie saliera lastimado, Mateo en especial. Y como ella no tenía las capacidades para que el pleito llegará a su fin, no le quedaba de otra que buscar a alguien más que si pudiera hacerlo.

Cosa que Matías y Paulo pudieron haber hecho si estaban presentes, pero como les había surgido un pequeño inconveniente, Mateo había tenido que llegar a estas instancias para que aquel no hablarán mal de su buena amiga.

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Unos cuantos minutos antes de que todo aquello se diera, Spallatti y Londra estaban sentados en el lugar que le habían dicho a los menores que estarían, por si les llegaba a pasar algo o si necesitaban alguna cosa.

Todo estaba relativamente tranquilo, Mateo e Isabel estaban en el arenero, haciendo pequeños castillos de arena, mientras parecían tener una importante charla acerca de algo.

—¿Son lindos, verdad? — el rubio le consulta a Spallatti, quien aparta por un momento la mirada de su teléfono, ya que estaba mandando un mensaje.

—Si que lo son. — Matías responde, para después guardar su teléfono y mirar hacia el frente. —Mateo se ve demasiado contento de poder jugar con Isa.

—Isa también está feliz de jugar con él. — Paulo declaró con una pequeña sonrisa en su rostro, teniendo en una de sus manos una correa que estaba sujeta al collar de Esku.

Con el fin de que no se fuera a otro lugar o que "intimidara" a otras personas solo por su raza. A pesar de que no fuera más que una linda masita de cuatro patas, que jamás sería capaz de hacerle daño a nadie.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora