🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟥𝟥] 🧸

559 76 60
                                    

~*~*~

𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙

.

.

.

.

.

—Mau, amor, ¿Cómo estás? — Spallatti saluda animadamente a su pareja, una vez que la hora acordada para su tan habitual llamada se diera.

—Bien, ando bien, bebé. ¿Y vos? ¿Cómo te sentís? — Monzón responde algo nervioso, porque tenía que confesarle al contrario lo que le había dicho a Mateo y desde ya sabía que su pareja no se iba a tomar a bien la noticia.

—Maso, me siento bien aquí con la compañía de mi vieja y todos sus mimos, pero me haces mucha falta. — Matias dice dulcemente, mientras se da media vuelta por toda la cama. —Te extraño mucho, porque no me siento completo si no te tengo a mi lado. — confiesa sin rodeo alguno, siendo suficiente para que Monzón se sienta demasiado conmovido por sus palabras.

—Yo también te extraño amor, pero es por tu bien el que estemos lejos por un tiempo. — el ojiverde responde a la misma vez que se acomodaba en su lugar, porque sabía que se venía una larga y dura charla con el otro.

—Lo sé, pero me hace falta tu calor y tus besos. — Spallatti responde casi de inmediato después de escuchar aquello. —Hasta ya estoy olvidando como se siente besar esa linda boquita que te cargas. — informa, haciendo que el rostro del menor se tiña de rojo de una manera casi impresionante. Algo que el morocho hubiera deseado ver, pero como era una llamada normal, no tenía ese enorme privilegio como tal. —¿Y cómo está Sativa? ¿Ella también me extraña o ya se olvido que existo? — consulta, impidiéndole al otro que contestara. —¿Y Mateo? ¿Cómo anda el? ¿Le está yendo bien con las terapias y con tus viejos? — agregra, interesándose también por el pequeño morocho.

—Sativa te extraña mucho, porque se la pasa maullando al no verte por ningún lado y no se siente feliz si no está en donde tenés guardada tu ropa en el armario. — es lo primero que el ojiverde le dice al mayor, quien solo es capaz de sonreír. —Matu también está bien, y se lleva de maravilla con mis viejos, hasta casi siento que lo quieren más a él que a mí. — se queja con diversión, a lo que Spallatti suelta una leve risita. —Y con Nicole también le está yendo increíble, porque cada vez que regresamos a casa. Ella le da una tarjeta en forma de estrellita que tiene una felicitación escrita, por haberse comportado de buena manera durante la terapia y decirle todo lo que sentía o lo hacía sentir incómodo. — confiesa alegremente, a lo que Matías también se puede sentir de aquella manera.

Que bueno Mau, mándale mis saludos por favor y felicitalo por lo bien que se está comportando. — el morocho comenta, sin saber que estaba apunto de recibir una fuerte y difícil noticia.

—Dale, que yo le digo mañana a primera hora cuando despierte. — Mauro dice sin perder ese tono alegre que tenía, pero este se va ir en cuestión de segundos con lo siguiente que iba a decir. —Mati, amor. — lo llama, no recibiendo una mayor respuesta por parte del mayor, por lo que continúa hablando. —Mateo me preguntó en qué se parecían vos y él, así que le dije la verdad de lo que te paso. — informa sin tapujos, haciendo que la sonrisa que Spallatti tenía por escucharlo hablar, desaparezca en un dos por tres.

—¿El que decís? — el morocho pregunta de manera incredulidad y con un mal sabor de boca. —¿Cómo qué le dijiste lo que me pasó? — consulta, solo escuchando como la respiración del otro se volvía un tanto agitada por oír su reacción. —Mauro te estoy hablando, así que respóndeme la puta madre. — se queja, ya algo exaltado y asustado por lo que Mateo pudo haber escuchado y pensado ante lo que el otro le dijo.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora