🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟦𝟤] 🧸

530 72 43
                                    


~*~*~


𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?

.

.

.

.

.

.

.



—¡Nona! ¡Nona! ¡Te extrañe mucho! — Mateo grito lleno de felicidad, al ver a la madre de Monzón en la salida del colegio. —¡Y que bueno que estés aquí! — exclama, mientras le da un fuerte abrazo a la mayor, quien lo recibe entre sus brazos sin dudar.

—Yo también te extrañe mucho mi pequeño. — la contraria informa, dejando pequeñas caricias sobre la cara del morocho, quien solo sonríe más que antes. —Mateo, mirá quién está allá... — indica, señalando hacia una dirección en específico, acción que solo termina por emocionar más al rizado.

—¡Nono! ¡El nono también vino a traerme! — es lo que Mateo es capaz de decir, para después salir corriendo hacia donde estaba el antes mencionado.

El cual al verlo acercarse, extiende los brazos para poder cargarlo y alzarlo un poco hacia el aire. Si es que sus caderas o mejor dicho su cuerpo se lo permitían, porque ya no seguía siendo igual de joven que antes.

Señora Marta, buenas tardes. — Rocío saluda de manera respetuosa y cortés a la mayor, habiéndose acercado en silencio hacia donde estaba la anterior mencionada.

Rocio, querida, buenas tardes. — aquella no tarda mucho tiempo en regresarle el saludo. —¿Cómo estás querida? — consulta de manera animada. —¿Cómo están Paulo y la pequeña Isa? — agrega.

—Los dos se encuentran bien, muchas gracias por preguntar y espero que usted y el señor Sergio también lo estén... — Moreno responde con tranquilidad, aunque tuviera que tratar un tema importante y serio con la morocha.

—Que bueno, me alegro mucho saber que los tres estén bien. — Marta dice, no sospechando que la menor tenía algo que tratar con ella. —¿Y cómo le fue a Mateo? ¿Se portó bien? ¿No tuvo problemas? — inquiere, tocando el tema que Rocío quería tratar.

—Se comportó bastante bien, no tuvo problemas con absolutamente nadie. — es lo aquélla dice, palabras que tranquilizan a la otra. —Pero hubo un momento, dónde Mateo se salió del salón, porque alguien le dijo algo referente a sus papás. — Moreno dice, haciendo que la tranquilidad y la sonrisa de Marta se esfumen rápidamente. —Y a causa de eso lloro demasiado, pero se terminó tranquilizando poco tiempo después. — agrega, escuchando claramente como Marta suspiraba de manera pesada. —Así que no se preocupe, que después no hubo ningún incidente más. Aunque Mateo se desanimó bastante, y también note que se estaba chupando demasiado el dedo. — informa, siendo esto una señal de estrés e inseguridades en el morocho.

—Entiendo, y es una verdadera lastima que le sucediera eso, pero supongo que son cosas que no se pueden evitar del todo bien por el momento. — la contraria comenta, mientras observaba de manera discreta a su marido y a su nieto. Quien tenía uno de sus dedos metidos en su boca, confirmando de esa manera lo que la otra le decía. —Mateo sigue estando mal referente a ese tema, y la simple mención de ese maldito hombre o de esa despreciable mujer, lo alteran demasiado. — argumenta.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora