🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟨𝟦] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...

¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?

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La calma después de la tormenta puede ser algo satisfactorio para alguien que ha pasado por muchas pruebas duras y crueles.

Pruebas que a su vez le habían enseñado mucho, al igual que arrebatado cientos de cosas.

Pero fuera lo que fuera, la calma después de la tormenta parecía ser un paraíso.

Entonces...

¿Por qué Mauro no se sentía en un paraíso?

Porque se suponía que después de pasar tantas circunstancias que lo hicieron decaer, tenía que pasar por un periodo de paz inigualable. Donde fuera completamente feliz con sus seres queridos, con su novio y con su hijo.

Pero en lugar de eso, aún parecía estar en el ojo de la tormenta. A pesar de haber salido, recientemente, de una situación tan fuerte que puso en peligro toda su vida amorosa con la persona que consideraba como el amor de su vida.

Quien nuevamente se estaba viendo afectado por un tercero, y teniendo en cuenta que ese daño fue producido por su mismo padre, la situación solo se hacía más difícil y complicada de manejar.

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— ¡Papááá! — Mateo gritó emocionado, mientras corría hacia los brazos de Monzón, quien no duda en cargarlo suavemente entre sus brazos. — Te extrañe mucho. — murmuró, abrazando fuertemente al mayor.

— Yo también te extrañe mucho. — Mauro comentó, evitando la mirada de sus padres a toda costa. Quienes aún tenían muchas pero muchas preguntas por hacerle.

— Buenos días. — Natalia saludo a Sergio y a Marta, pero estos no le devolvieron el saludo como era debido, manteniendo una actitud fría y sería con ella. — Mateo, chiquito, ¿por qué no vienes conmigo? — pidió, suponiendo que Mauro iba a hablar a solas con sus padres.

— No quiero, yo quiero estar con mi papá. — Mateo se rehusó a separarse del ojiverde.

— Mateo, hazle caso a Nati, por favor. — Mauro pide, intentando separar a Mateo de su lado, pero este solo empieza a llorar y gritar mientras lo hace. — De acuerdo, de acuerdo. — dijo sin saber qué hacer.

— No ha dormido nada en toda la noche, así que es bastante probable que se duerma dentro de un rato. — Marta le informa a su hijo. — Mojó la cama un par de veces, pero nada que no se pudiera solucionar. — agregó y el otro solo asintió mientras intentaba hacer dormir al morocho.

Para así hablar seriamente con sus padres, rogando que estos no fueran a jugar a Matías o que su reacción no fuera tan cruel con aquel.

A pesar de lo que había hecho.

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— Me parece inconcebible que Matías te haya puesto las manos encima. — Sergio habla con enojo, y mirando desaprobatoriamente a su hijo.

— Pero su intención nunca fue lastimarme, Matías me ama demasiado. — el ojiverde réplica, pero el mayor solo niega.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora