🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟤𝟦] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙

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—Matias. — Monzón pronunció con nerviosismo el nombre del mayor, quien no hace más que ignorarlo. —Matias. — lo llama nuevamente, pero el contrario sigue con lo suyo, terminando por ponerse la remera y todo lo demás, listo para salir afuera.

—Voy a hacer el desayuno, ¿Querés algo especial para vos o para él? — Spallatti consulta, ya en busca de algún quehacer o actividad para poder distraerse y no sentirse mal consigo mismo.

—Matias, no me esquives por favor. — Mauro pide insistente, aunque sin importar cuánto intenté dialogar con el morocho, no es capaz llegar a nada claro.

—Después del desayuno voy a salir un rato. — aquel informa, olvidándose intencionalmente que tenía una cita con Nicole, junto con Mauro y Mateo, para que la morocha charlará con el pequeño. —Necesito despejarme un poco. — comenta, siéndole inevitable no hacer una expresión de desagrado en el rostro. —Ya no soportó nada de esto. — suelta cansado y eso asusta en cierta manera a Monzón.

—Lo sé, lo sé y no sabes lo avergonzado y mal que me siento por ello. — el menor responde rápidamente, acercándose a su pareja, quien no hace más que esquivarlo completamente. —Pero ya hablaré con él. — asegura, pero eso no parece ser suficiente como para que Spallatti se tranquilizara. —Mateo no hace todo esto de manera intencional, y te apuesto que cuando te conozca más a fondo se llevarán de maravilla. — dice, aunque el contrario sigue con la misma posición de antes.

—Eso no va hacer así Mauro, y no importa si Nicole habla con él. — indica algo molesto. —Mateo nunca va a cambiar su actitud conmigo, y yo no creo seguir soportando toda esta situación de mierda. — suelta, ya no aguardando nada de lo que sentía. —Me incomoda que sea así conmigo, me incomoda que siempre te quiera alejar de mi lado. Pero lo que me hace sentir peor es que me vea cómo el malo del cuento, cuando no le he hecho absolutamente nada. — informa, hablando un poco alto, a lo que Monzón no tarda en reprenderlo en ese punto.

—Shhh, por favor, no alzes la voz que Mateo te puede escuchar. — el menor pide de manera desesperada, pero sin dejar de lado o ignorar todo lo que su pareja estaba sintiendo. —Pero créeme que trato de entenderte y me preocupa demasiado la manera en la que te sientes. — confiesa, logrando acercarse al contrario, quien prefiere no verlo a la cara. —Sé que esto es demasiado nuevo para los dos y que es algo que nunca imaginamos que nos pasaría. — dice. —Y se que también te sientes asustado, pero nada de lo que pase me va hacer cambiar todo lo que siento por vos. — murmura, tomando el mentón ajeno para levantarlo un poco y que así pudiera verlo directamente a los ojos. —Te amo de la misma manera en la que amo a Mateo, pero vos sos mi pareja, mi amor, la persona que quiero para que sea mi compañero de por vida y eso es algo que nadie va a cambiar tan rápido. — agrega, dejando un par de besos sobre las mejillas del morocho, quien permanece casi con la misma expresión de antes, pero un poco más relajada. —Así que dale otra oportunidad por favor y acompañamos a la terapia. — pide, en espera a que el otro acepte su petición. —Dale deci que si Matías. — murmura, estando a nada de tirar la toalla.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora