🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟤𝟶] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙

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Unas cuantas horas pasaron desde que Matías terminó de preparar la cena, poniendo la mesa de paso, por si Mauro quería comer al solo despertarse. Pero hasta el momento, no había ninguna señal de que el ojiverde estuviera despierto o si el pequeño morocho lo estaba también.

Así que solo para asegurarse de que todo estuviera bien, Spallatti terminó por ir a buscar a su pareja a su habitación, pero no lo encontró en ese lugar, algo que lo extraño un poco, aunque al final terminó yendo a la habitación de Mateo, pensando que lo encontraría ahí. Y vaya que sí lo estaba, porque su lindo novio se encontraba recostado al lado del más pequeño, ambos cómodamente en un espacio cada uno, debido a que la cama era bastante grande, pero aún así, Matías quiso que Monzón descansara plenamente bien.

Por lo que terminó acercándose para poder tomar al ojiverde y llevárselo a su pieza, donde pudiera estirarse todo lo que quisiera y buscar la posición que le fuera más cómoda para dormir. Pero al intentar levantar a Monzón, terminó despertando a Mateo, quien solo pudo verlo con una mirada sumamente seria y molesta hasta cierto punto.

—Deja a Mauro conmigo. — el morocho ordena aún adormilado, pero eso no le impedía comprender que el mayor se quería llevar a Monzón de su lado. —Mauro es mío, así que déjalo conmigo. — declara molestó y con el ceño entre fruncido, pero hablando en voz baja, para no despertar al peliblanco, que hasta el momento seguía dormido.

—Mauro "puede" ser tuyo, pero quiero llevarlo a otro lugar donde pueda descansar con más comodidad. — Matías responde ante las acusaciones del menor, no estando dispuesto a pelear con un pendejo de cinco años por la atención de su pareja. —Así que no te preocupes, que no se va a ir lejos. — indica, pero el morocho no es capaz de entender eso.

—¡No! ¡Ya te dije que Mauro es mío! — Mateo exclama en voz alta, siendo suficiente como para que Monzón se despertara, más que confundido entre los brazos de Spallatti. —¡Mauro! ¡Mauro! ¡Mauro! — lo llama con insistencia, al verlo despierto. —Él te quiso llevar lejos de mí, nos quería separar, nos quería separar. — informa de manera insistente, comportándose como todo un paranoico ante algo que no era verdad.

—¿Qué? — Monzón consulta algo atontado, bajandose con cuidado de los brazos del mayor. —¿Por qué pensas eso bebé? — pregunta nuevamente, estirándose un poco y bostezando un par de veces. Pero sin importar lo paciente que fuera, Mateo no es capaz de decirle nada en concreto. —Mateo. — lo llama. —No pienses ese tipo de cosas de Matías, que él también te quiere mucho. — comenta, aunque sus palabras son poco efectivas en el rizado.

—Pero yo no quiero a Matías, solo yo te quiero a vos. — Mateo responde de inmediato, mientras buscaba de manera rápida los brazos del ojiverde, quien no tarda en cargarlo. —Yo solo te quiero a vos nada más. — argumenta, mientras observaba de mala manera a Spallatti, quien no sabe cómo sentirse o decir al respecto de todo esto.

—Ay Mateo. — Monzón se queja, mientras observaba con incomodidad y pena a su pareja, quien solo es capaz de verlo con una gran indiferencia.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora