🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟦𝟶] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?

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Después de aquel incidente, la calma pareció regresar al hogar de la joven pareja... Mateo ya estaba más tranquilo que antes con una curita en una de sus mejillas, la cual ocultaba la pequeña cicatriz que Sativa le había hecho. Quien terminó siendo "retada" por el morocho, por haberle hecho mucho daño, si supuestamente eran amigos, algo que la gata no entendió para nada, por lo que siguió con su camino normalmente.

Luego de eso, Mateo terminó haciendo las paces con Mauro, le pidió disculpas por si se había comportado feo con él, y que su intención jamás fue hacerle daño y que lo quería mucho, pero mucho. Y esas palabras fueron más que suficientes para que el corazón de Monzón se enterneciera demasiado, aunque eso no le quitaba el mal rato que pasó por culpa del menor.

Pero ahora todo era borrón y cuenta nueva, así que solo tenía que enfocarse en que Mateo se sintiera cómodo yendo al colegio y que le perdiera el miedo a este. Y que se diera cuenta de que ir de nuevo podía ser una enorme oportunidad para conocer a nuevas personas y empezar desde cero una etapa tan importante para alguien de su edad.

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—Mauro, Matías... — una vocecita llamaba a los antes mencionados, quienes estaban en su habitación, profundamente dormidos. —Matias, Mauro, despierten por favor. — aquella vocecita vuelve a pedir, pareciendo ser suficiente para que Monzón se despierte y encienda una luz para ver lo que pasaba, siendo más de las doce de la madrugada.

—Pero que... — el ojiverde consulta, mientras se tallaba uno de sus ojos. —Mateo, ¿Qué haces afuera de la cama? — le consulta al más pequeño, quien tenía entre sus brazos su mantita de apoyo y un peluche que tenía la forma de un gato.

Me desperté porque tuve un sueño feo, y ya no me pude dormir otra vez. — Mateo le explica al peliblanco, quien termina por despertar a Matías tras algunos intentos.

—¿Mauro? ¿Qué querés? — Spallatti pregunta somnoliento, sin percatarse aún de la presencia del más pequeño. —¿Querés tener sexo ahora mismo? — inquiere, mientras bostezaba un par de veces, sin aún percatarse de la presencia del morocho.

—Claro que no cabeza de almohada. — el ojiverde responde, con la cara hirviendo por lo que aquel había dicho. A la misma vez que pensaba que fue una mala idea el haber despertado al otro, pero no deseaba que este se exaltase al percibir que había un invitado más en la cama.

—¿Entonces qué mier... — Matías intenta decir, pero se calla automáticamente al ver a Mateo enfrente de ellos, quien solo lo ve con confusión por todo lo que había dicho. —Mierda. — se queja avergonzado, pero no tarda en ser retado por el rizado.

Esa es una mala palabra. — Mateo le hace ver al contrario, quien prefiere ocultar su rostro tras una almohada. Por haber hablado sin al menos pensar, pero nadie podía culparlo, porque aún se encontraba adormilado.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora