🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟥𝟧] 🧸

617 74 54
                                    



~*~*~

𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙

.

.

.

.

.

—Hola, Mateo. — Spallatti saluda primeramente al más pequeño, quien ya se encontraba con su pijama puesto, el cual tenía en esta ocasión estampados de cochecitos de muchos colores. Estando también con algunos juguetes esparcidos por toda la cama y con Sativa al lado de ellos. —Hola mi amor bello. — dice, refiriéndose únicamente a la gata, la cual no tarda mucho tiempo en bajarse de la cama, para poder restregarse en sus piernas con mucha insistencia. —Yo también te extrañe mucho, cosita hermosa. — comenta, terminando por cargar a la animalita, y así continuar con lo que había venido hacer.

—Hola. — Mateo saluda tímidamente al mayor. —¿Cómo estás Matías? — consulta, tomando rápidamente su mantita de apego para sentirse seguro y poder hablar con el contrario sin mayores problemas.

—Bien, aunque me siento un poco cansado por todo el trabajo que tuve ahora, pero en teoría ando bien. — Matías dice, tomando asiento en la orilla de la cama sin haber sido invitado antes hacerlo. —Pero vine porque Mauro me dijo que tenías algo que decirme. — informa, haciendo que Mateo lo escuché muy atentamente. —¿Acaso es verdad eso? — le pregunta al menor, quien no tarda mucho tiempo en responder.

—Si. — Mateo contesta mientras optaba por tomar otra posición, para estar más cómodo a la misma vez que hablaba con el morocho. —Yo quería pedirte perdón por haber sido malo con vos antes. — dice sin verlo directamente a la cara a Spallatti, quien solo lo evalúa en silencio. —Yo no quise ser malo o que te sintieras mal por lo que hacía, solo me sentía asustado. Porque creía que me ibas a lastimar como mi papá lo hizo y que también le ibas a pegar a Mauro y que él iba a llorar mucho por tu culpa. — agrega, revelando por fin los verdaderos pensamientos que tuvo cuando llegó a la casa.

A lo que Matías solo puede sentirse incómodo con esas declaraciones, porque era más que evidente que él jamás le pondría una mano encima a Mauro o Mateo, o cualquier otra persona en general. Siendo posible ese escenario cuando no estuviera totalmente en sus casillas, algo que nunca iba a pasar definitivamente...

—Pero ya me di cuenta de que no sos malo, que realmente sos bueno y qué querés mucho a Mauro, a Sativa y que también sos una buena persona, nada comparado a mi papá. — continúa hablando rápidamente, emocionando en cierto sentido el corazón del otro, quien podía sentir cómo las palabras del rizado eran del todo sinceras y verdaderas. —Mas cuando Mauro me contó lo que te paso... — susurra, causando que Spallatti se tense en cierto sentido, pero este hace todo lo posible para continuar tranquilo y seguir escuchando al pequeño. —Vos no dejaste que el miedo te hiciera sentir mal, y decidiste seguir como si nada. — habla con un enorme brillo en la mirada. —Yo no hubiera sido capaz de hacerlo, debido a que siempre siento miedo de lo que pueda pasar. — dice decepcionado. —Porque a veces pienso que mi papá va a volver por mí y me va a lastimar de nuevo. Y que me va a llevar lejos de Mauro, porque para él, Mauro es un enfermo. — confiesa, siendo una de las tantas cosas que trataba de resolver con ayuda de Cucco. —Pero estoy intentando ser igual de valiente que vos, para que ya no pensar cosas feas que solo me hacen sentir mal. — argumenta con convicción, mirando por fin a Spallatti.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora