🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟧𝟶]🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?

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—De acuerdo. — Agustín habla, después de haber leído aquellos papeles que le fueron entregados, ya sabiendo a lo que se enfrentaba. —Mateo. — llama al pequeño, quien solo se aferra asustado a Monzón. —¿Me podés decir si hay algo más que te molesta? — consulta amablemente, pero el pequeño no hace más que verlo en silencio.

—Disculpe, pero está un poco nervioso y es bastante tímido con personas que no conoce. — Mauro se excusa en nombre de su hijo.

—Si, lo comprendo perfectamente, porque también tengo hijos y sé cómo se comportan en este tipo de situaciones. — Agustín comenta, entendiendo perfectamente la timidez del menor. —Hola Mateo. — dice, buscando llamar nuevamente la atención del antes mencionado. —Me llamo Agustín y estoy aquí para ayudarte. — informa, como si ese hecho no se hubiera dicho antes. —Solo quiero ayudarte, eso es todo... — aclara. —No voy hacer nada que no quieras o que te haga sentir mal. — agrega. —Así que si me pudieras decir si hay algo más que te molesta, sería perfecto... — termina por decir, esperando paciente a que el menor le dijera un poco la palabra.

—Me duele mucho la cabeza y también la garganta. — Mateo dice pero en voz muy baja, sin alejarse en ningún momento de Mauro, quien le deja mimos en la cabeza para que se relajé.

—¿Hay algo más? — es lo que el mayor dice. —Como por ejemplo: ¿Te duele el cuerpo? ¿Sientes escalofríos? ¿Te cuesta respirar? ¿Te sentís cansado? — Cruz consulta, estando más que atentó por lo que el menor fuera a decir.

—Si me duele el cuerpo, me siento muy cansado y siento un poquito de frío. — Mateo le responde, tosiendo y estornudando al mismo tiempo. —Y estornudo mucho. — se queja molesto.

—Entiendo, entiendo. — Agustín responde, tomando nota de lo antes dicho. —Muy bien Mateo, ahora quiero tomarte la temperatura. — informa, mientras se ponía de pie. —Así que por favor, lleve a Mateo a esa pequeña camilla y siéntelo en la orilla. — le pide al ojiverde, quien no tarda mucho tiempo en hacerle caso. —Solo estarás con el termómetro aproximadamente cinco minutos, eso es todo. — informa, teniendo entre sus manos un termómetro digital, que termina siendo guiado a la axila del más pequeño, quien se queja por el repentino contacto.

—Mau, Matías... — el morocho solloza al sentir como el otro le tocaba el brazo.

—Tranquilo Mateo, que no te está haciendo nada malo. — Spallatti le dice al más pequeño, quien lo ve con ojos de súplica y miedo.

—Ya bebé, tranquilo amor — Monzón habla, estando al lado de Mateo, quien lo ve de la misma manera en la cual vio a Matías.

—Mateo, todo terminará cuando menos te lo esperes. — Agustín también se une a la ronda de las palabras tranquilizadoras para el menor, quien lo observa un par de segundos para después suspirar cansado.

—¿Qué va hacer ahora? — Mateo consulta, al ver cómo Cruz tomaba de su cuello algo como si fuera un par de audífonos raros.

—Solo voy a revisar algo, así que levantaré un poco tu remera por la parte de atrás y vas a respirar lentamente, ¿Si? — Agustín le dice y le informa a Mateo, quien solo lo ve con mucha desconfianza.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora