🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟦𝟥] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?

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Mati, amor, ¿Cómo estás? — Monzón le consulta a su novio por medio de una llamada telefónica.

— Aquí arreglando unas cosas, ¿Y vos? — Spallatti responde, sin dejar de trabajar en ningún momento.

Ouh, ¿Y te estoy interrumpiendo? Porque si lo estoy haciendo, te llamaré después... — murmura, no queriendo ser un obstáculo para el contrario en su trabajo.

— No dale, no te preocupes, que ya casi termino y me podré ir a la casa. — aquel le dice de manera animada. — ¿Y vas a querés que pase por vos o ya vas de camino a buscar a Mateo? consulta, en espera de alguna respuesta.

—No, no te preocupes, que ya casi llego. — el menor dice, sin dejar de caminar.

— ¿Y no sabes cómo le fue a Mateo?Spallatti pregunta con cierta curiosidad por saber cómo le había ido al pequeño. — Te iba a preguntar hace algunas horas, pero entre tantas cosas que hay aquí por hacer, se me terminó olvidando por completo.confiesa con cierta vergüenza.

Mi vieja me dijo que le fue bien, no se peleó con nadie, he hizo caso en todo momento. — Monzón informa, haciendo que Spallatti le diga un fuerte y claro "Te lo dije", pero aquel aún tenía cosas que decir. —Aunque según tengo entendido, alguien le mencionó a esos hijos de puta, y Mateo se terminó sintiendo mal por ello. Tanto que se salió del salón llorando, y eso no me gusta... — se queja con molestia. —Mi chiquito volvió a llorar por culpa de ellos, y eso me llena de bronca como no tenes idea. — declara de manera inmediata.

— Tranquilo amor, que eso va hacer algo que solucionaremos en su momento. Porque ahora lo único que importa es que Mateo se encuentre sano y a salvó con nosotros. — el mayor habla con decisión, consiguiendo que Monzón suspirara de manera triste y desanimada. Algo que no le agrado mucho que se diga al contrario, quien empezó a idear un maravilloso plan para subirle los ánimos a su pareja e hijo. — Amor, ¿Qué te parece si vamos a cenar a la casa de mi vieja?sugiere, pensando que la calidez y la dulzura del hogar de su madre sería suficiente para que Mateo y Mauro se sintieran mejor.

—Definitivamente. — aquel aceptó de inmediato. —Me re encanta esa idea, porque tenemos tiempo de no irla a visitar los dos juntos. Aunque no sé si tu madre querrá recibirnos o no, porque si quiere hacerlo, alistó a Mateo al nomás llegar a casa. — comenta ciertamente emocionado.

— Yo digo que si querrá que lleguemos a verla, pero le voy a marcar por si las dudas. — le responde. — Aunque vos siempre prepárate junto con Mateo, porque si no se puede, nos vamos a algún otro lado a cenar en familia. — Spallatti índica, causando que el corazón de Mauro lata de una manera muy rápida y emocionada.

—Me encanta esa palabra, familia... — susurra con ensoñación. —Y suena tan linda y hermosa saliendo de tus labios, que solo me dan ganas de hacer el amor con vos hasta que no pueda más. — Mauro le revela sus sentimientos al mayor, quien solo se ríe de sus palabras con cierta vergüenza y ternura.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora