🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟤] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...
¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙

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—Gracias al cielo que llegaste. — es lo que Mauro es capaz de decirle a Nadia, una vez que ésta hubiera llegado a los juzgados con un par de prendas para él y para Mateo principalmente, porque el menor no podía permanecer por tanto tiempo con la ropa interior húmeda. —¿Y dónde está lo de Mateo? — consulta con la bolsa entre las manos, estando a las afueras del baño, debido a que la rubia le había pedido que lo esperara en ese lugar y que ella lo iba a buscar de inmediato cuando llegara.

—Se la pasé dejando antes de estar acá. — la ojiverde informa. —Y le pedí a alguien si podía cambiarlo.

—¿Y se dejó? — Mauro consulta con cierta incredulidad. —Es que Mateo no es tan permisivo para que alguien que no conozca se le quiera acercar, ni mucho menos que lo vaya a tocar. — comenta un tanto preocupado por el pequeño morocho.

—No te preocupes por eso, que le expliqué que nos conocíamos y que me habías pedido de favor que se dejara quitar lo mojado, para que estuviera más cómodo. — Kowalks indica con una sonrisa más que satisfactoria al haber hecho un buen trabajo. —Pero cámbiate rápido, que ya tenés que llevarte a Mateo a la casa hogar. — ordena, empujando al otro para que entrara.

—¿Acaso ya se terminó la audiencia? — el otro consulta desde adentro.

—Por lo que se, el juez terminó por suspenderla tiempo después de que te fueras con Mateo. — Nadia responde sin vacilar. —Al parecer esos dos tarados se pusieron a discutir y el juez supuso que era mejor dejarlo hasta ahí. Y es más que seguro que Mateo no los vuelva a ver más, porque solo a un ignorante sin cerebro se le ocurriría devolverselos. — argumenta para la tranquilidad del peliblanco, quien no tardó mucho tiempo en salir ya con una nueva camisa.

—Eso es bueno. — Mauro murmura no sintiéndose del todo feliz, porque sabía que si buscaban a un familiar cercano del pequeño Palacios, para que lo cuidara no iban a encontrar a nadie. Debido a que todos querían mantener su distancia con Pedro y Juliana, razón por la cual Mateo no iba a ser bienvenido en sus hogares. —Solo espero que pueda encontrar un buen sitio para vivir y ser feliz.

—¿Pero no se supone que ibas a tratar de adoptarlo vos? — la rubia le pregunta, recordando cuando el mismo Monzón le había dicho aquellas palabras.

—Lo tenía pensado, pero Matías no parece estar del todo seguro y definitivamente no quiero que se moleste si llevo a Mateo a casa. — Mauro susurra, mientras empezaba a caminar en dirección del lugar que se encontraba el rizado.

—Uy que mal. — ella se lamenta con pena. —Y Mateo parece ser un nene tan lindo, que dan ganas de abrazarlo para nunca soltarlo. — comenta, recibiendo la razón total de parte del menor.

—Si, Mateo es un bonito sol que tuvo la mala suerte de llegar a una familia donde el amor no era lo más importante. — él habla con mucha tristeza y una terrible opresión en el pecho. —Prácticamente es como un bebé, del cual nadie se quiere hacer cargo. Como si no fuera más que un error el hecho de que hubiera nacido. — suelta enojado.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora