🧸 [𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟨𝟧] 🧸

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𝑃𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑...

¿¡𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑗𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑎𝑐𝑖𝑙!?

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Las separaciones suelen ser un momento crucial dentro de las relaciones, debido a que se toma un tiempo para reflexionar si las cosas andan del todo bien y si es del todo conveniente seguir con lo que se tiene.

Y por mucho que una separación o un tiempo alejados pueda infundir terror, a veces era lo mejor que podía suceder para solucionar los problemas que se tengan.

O bueno, eso era lo que Matías trataba de pensar.

Sin embargo, llevaba semanas lejos de Mauro y sentía que iba a enloquecer con el paso de los días. Algo que no le era del todo beneficio, porque apenas se estaba recuperando de aquellos brotes psicóticos, que lo llevaron a actuar de manera imprudente.

Y a pesar que Indra y Tomás le dijeran que avanzaba de forma favorable, él sentía que se caía a pedazos cada vez que intentaba afrontar sus problemas. Lo cual no debía de pasar, porque él necesitaba ser un buen padre y un buen novio.

Porque eso se merecían Mateo y Mauro, no a un maniático desequilibrado que podía hacerles daño cuando no se encontraba en sus cabales.

Pero extrañaba tanto a su amado peliblanco de ojos verdes, que a veces se ahogaba en un vaso con agua y terminaba retrocediendo todos los pasos que había dado hasta el día de hoy.

Aunque cada vez que caía, se prometía que eso no volvería a pasar, porque tenía una gran vida por delante para dejarse vencer por la mierda que había en su cabeza.

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— Matías, ¿puedes venir con nosotros? — Indra llama la atención de Spallatti, quien se encontraba con un grupo de personas pintando en una espaciosa habitación.

— Ya voy, solo déjenme terminar esto. — el morocho respondió de inmediato, dando un par de pinceladas más para acabar con lo que hacía. — Acabe. — anunció con una sonrisa, para que el coordinador de la actividad se acercará a ver lo que había hecho.

— Maravilloso, como siempre hiciste un excelente trabajo. — aquel felicita a Spallatti.

Quien no duda en dar las gracias, para después seguir a sus terapeutas.

— ¿Y para que me necesitan? — preguntó con cierta curiosidad, pero los contrarios no respondieron. Solo lo llevaron a su habitación, para luego abrir la puerta de manera lenta, casi como si estuvieran escondiendo algo. — Mauro... — susurro conmocionado, porque no esperaba ver al ojiverde.

No tan pronto.

— Hola, Mati. — Monzón responde de forma suave, habiendo recibido instrucciones de cómo debería de comportarse con Spallatti para no alterarlo. — ¿Cómo estás? — pregunto, esperando que aquel le diera una respuesta.

Pero en vez de eso, Matías se le fue encima al peliblanco con el objetivo de poder abrazarlo. Aspirando el aroma de la colonia del contrario, que no dudó en corresponder a su tacto.

— Estás aquí, estás aquí, estás aquí. — el mayor dice emocionado, mientras acariciaba suavemente el rostro de Monzón con sus dedos. — Amor, no sabes la falta que me has hecho. — confesó, y sin pensarlo demasiado, le plantó tremendo beso al ojiverde.

|| Paternidad... ¿¡Quién carajos dijo que era fácil!? : Litcko  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora