Crimen y Castigo

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Dido y su madre, Thea Weyn, eran las últimas dragones blancas de su clan.
El resto de su familia había muerto en las guerras y en la pandemia de gripe de 1918 cuando era un bebé.

Thea era enfermera militar y siempre era llamada al frente dejando a Dido al cuidado de su madrina Helix. Desde niña tomó el puesto como su secretaria, aprendió muchos trucos y se codeó con los grandes. Helix adoraba a Dido y la veía como la hija que nunca pudo tener, al punto que empezó a entrenarla para que tomara el puesto de hada madrina suprema algún día.

Tenía un talento nato y a cada historia a la que ingresaba, siempre salía triunfante hasta llegar a ganarse la estima de todos. Con el tiempo, su poder como alpha se empezó a manifestar y Thea le heredó el título de sucesora antes de tiempo en una ceremonia privada frente a los rishis. Nadie sabía sobre ese asunto y no iban a revelarlo a menos que Dido diera permiso.

Los dragones empezaron a cortejarla pero ella se negó constantemente y entre ellos, estaba Kurt Trudy

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Los dragones empezaron a cortejarla pero ella se negó constantemente y entre ellos, estaba Kurt Trudy.

Pero un dragón apareció de la nada y terminó ganando su amor. Nadie nunca lo vió y solo sabían de el a través de Dido, que hablaba maravillas sobre su novio. Regalos curiosos aparecían y la intriga creció por averiguar sobre dicho pretendiente.

Estaba por aceptar casarse y a un paso de cumplir los 90 años, el sello de la estrella de su madre fue robado mientras estaban fuera de casa. Se desesperó al no hallarlo por ningún sitio, cuando Victorius y Laura tocaron a su puerta.

Ellos eran los responsables del robo y ofrecieron devolverlo si accedía a casarse con Kurt. Dido y Thea asqueadas, iban a denunciarlos de romper la ley de los dragones pero Thea no pudo moverse y se retorció de dolor cuando Laura empezó a torturar a la estrella de los Weyn. Los Trudy se habían hecho de una cadena de esclavitud estelar que sacaron de quien sabe donde y las amenazas continuaron.

Tuvieron que aceptar el matrimonio para no perder a su estrella. Para todos fue una sorpresa la unión de ambas familias y Laura se encargó de esparcir rumores para acallarlos desviando las miradas sospechosas. Pero el odio y el desprecio que Dido sentía era de tal magnitud que no dejó que Kurt se le acercara usando la ira del dragón. El sabiendo sobre el pretendiente fantasma, encerró a Dido en la mansión para evitar que lo abandonara, pero fue inútil, ella ya estaba preñada de otro dragón.

Los insultos, intimidaciones y humillaciones no se detuvieron, haciendo que Laura y las demás concubinas se confabularan para matarla por el simple hecho de aborrecer a Kurt. Comida envenenada llegaba todos los días y en un descuido de ellos, Dido habló con su madre y su hermana jurada, la valquiria Vera, sobre el niño que estaba esperando y el porque se estaba dejando morir.

Les dijo que el padre era un dragón negro y que había muerto hace poco tiempo para que su esencia celestial fuera transferida al huevo. Resultó que era la reencarnación de una estrella ancestral potencialmente devastadora para cualquiera que osara desafiarlo y al ser ella también una estrella, debía morir para volver a encontrarlo.

El Hada Madrina mató al Príncipe Azul (Reboot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora