Morty y Brad bebían café mientras miraban a Ross sufrir por convencer a su primo de ayudarlos.
Veían a un joven ciervo castaño cuyos cuernos amplios y orejas puntiagudas eran como los de Yoshi que paseaba tranquilo entre todo el desorden de herramientas, máquinas y extremidades ortopédicas de varias razas colgadas del techo y desparramadas en cajas polvorientas
Percy alteró a Ross que buscaba su colaboración al dudar que pedir como pago.
- Si no deseas ser reclutado y vivir del gobierno, te daré lo que quieras sin problemas-
-Cualquier cosa y no vas a quejarte? Suena muy interesante..- con los ojos entrecerrados indagaba a Ross
-Si!-
-Si digo que quiero quedarme a vivir en tu mundo para no tener que esconderme nunca más a parte de obtener un taller nuevo, estarías dispuesto a dármelo?-
-No suena mal. Tu que dices Morty?-
-Por mi esta bien mientras nos ayude.-
-Esta bien...veré como hago para conseguirte un taller. Vas a despedirte de tu familia antes de partir? -
-Ni loco. Prefiero que sigan creyendo que sigo preso o morí en el trayecto antes que darles parte de mis ganancias.-
-Qué tacaño eres....bienvenido a la familia!- Brad se alegró e hizo chistes
-El espíritu de nuestra familia es fuerte en él.- Morty se burló
Ayudaron a Percy a llevarse lo necesario y cuando tuviera su taller, volverían por el resto.
**
Leen despertó muy tarde y al no encontrar a Ross supuso que fue a casa de sus abuelos. Después de comer cruzó la calle para ir a verlos y encontró a sus abuelos en la sala, charlando con un joven ciervo con mameluco azul que escribía y dibujaba en un cuaderno.-Reducirá el dolor del miembro fantasma, a parte estará equipada con sensores al tacto, presión angular de la rodilla y el pie aumentando la resistencia y la velocidad al caminar..-
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El Hada Madrina mató al Príncipe Azul (Reboot)
Short Story"Y vivieron felices por siempre. Fin" Todos los cuentos terminan bien, menos para la princesa Freya y el príncipe Thomas. El hada madrina Edaleen se embriagó en la boda y lanzó por accidente un rayo al príncipe. Ahora solo quedaba huir. Pero en su c...