"Y vivieron felices por siempre. Fin"
Todos los cuentos terminan bien, menos para la princesa Freya y el príncipe Thomas. El hada madrina Edaleen se embriagó en la boda y lanzó por accidente un rayo al príncipe. Ahora solo quedaba huir.
Pero en su c...
Hace siglos atrás, en el imperio de Shuto, surgió la familia de guardianes Dunwich. Eran descendientes directos del dios creador, un ser adorado y venerado por la gente bestia y los demonios.
Eran tan codiciados que los países los capturaron para hacerse con su poder, pero su deseo desmedido hizo que la vida de los Dunwich se acortara hasta extinguirlos.
Al no haber más guardianes, se optó por usar santos para frenar a los charix. Los candidatos eran llevados como pupilos al templo de Lior y en una ceremonia de selección se les otorgaba el honor de ser los siguientes santos para cada país.
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Los postulantes de todas las clases sociales pasaban años entrenándose para despertar su poder y entre ellos, estaba la huérfana Capella Nova. Su deseo de ayudar a combatir la amenaza, la llevó a salir de su escondite y postularse. Pero cuando por fin ingresó en la lista de selección, la envidia de aquellos que buscaban el puesto rebasó la lógica.
Suphi Queeny, la hija de un noble de Perz, confabulada con otros, la drogaron para tirarla en el área de guardabosques en las montañas para que la violaran salvajemente y así arruinar su honor junto con el derecho de ser santo. Después de ser abandonada a su suerte para morir desangrándose, los Kiddo la encontraron y la rescataron.
Se levantó a la semana y como pudo, llegó a la ceremonia. Los rumores destruyeron su reputación, llamándola prostituta de clase baja y el supremo sacerdote haciendo oídos sordos a su reclamo de justicia, le negó la entrada. Dolida y furiosa, maldijo al reino de Perz, pues su nombre fue borrado del registro.
Esperando en la puerta a que Suphi y sus amigas salieran, usó una escopeta oculta en un anillo de los Kiddo para volarles la cabeza. La muchacha que perdió el juicio y estaban por apresar, miró hacia el cielo y anunció que Perz desaparecería al provocar la ira de dios. Se presentó como una Dunwich y un Jabberwocky apareció para llevársela.
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El terrible error que cometió Perz llegó a oídos de todos los países y el pánico se apoderó de ellos, cuando al día siguiente, tres charix abrieron una grieta en medio de Perz para acabar con el país entero.
