Capítulo 3: malos amigos.

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Seguimos corriendo como si nuestra vida dependiera de ello... porque así era. Tome la delantera, aun sin soltar la mano de Fernanda, y me dispuse a doblar la esquina. Fue entonces cuando nos dimos cuenta que no eran dos tipos sino que ¡CUATRO!. Al parecer nuestros perseguidores contactaron a mas de sus amigos para combatir el problema. Pero, somos NIÑAS. ¡¿Enserio piensan hacerle daño a dos niñas?!. Ninguna sabia la respuesta pero lo que si sabíamos era que fue un error huir de la escuela. Al querer girar los otros dos tipos salieron de la nada y comenzaron a acercarse a nosotras. Yo, por ser la mas grande, coloque a Fernanda detrás de mi retrocediendo lentamente, ya que nos tenían acorraladas. Mientras ellos se acercaban, nosotras retrocediamos hasta estar lo suficientemente lejos para correr. No pudimos. Uno de los hombres reacciono rápido y tomo a mi amiga de la mano arrancándola de mis brazos. Estaba amenazándola con un cuchillo. Yo no escuchaba lo que decía ni lo que decían los hombres mas pequeños sobre asesinar a una niña. Yo sólo veía como el señor paseaba el cuchillo por el cuello de Fernanda. Temía que en realidad le hiciera algo. ¡Jamas me lo perdonaría!.

-¡¿Que hacen por aquí niñas?! ¡¿No deberían estar en el kinder?!-. Esa pregunta me ofendió pero igual no respondí, sólo me le quede viendo fijamente a ese señor.- ¡LES HICE UNA PREGUNTA!-. Grito mientras acercaba mas el cuchillo a Fernanda.

-¡A ustedes no les importa!-. Dijo Fernanda con un tono frío y molesto, a pesar de estar en peligro de extinción.

El hombre pareció enfurecerse mucho mas con la respuesta de Fernanda. Así que la empujo hacia adelante dispuesto a asesinarla... ¡Y de frente!. Yo, sin pensarlo dos veces, me lance y me puse enfrente de Fernanda protegiéndola. Si, funciono pero... el señor no se detuvo. Sólo sentí como el cuchillo traspasaba a un costado de mi estomago, por debajo de las costillas. Y caí al suelo mientras me retocia de dolor. Fernanda corrió enseguida hacia mi.

-No no... ¡NO! Por favor resiste...-. Dijo entre lágrimas. No pude evitar soltar una que otra lágrima yo también.

-¡Oh por Dios! ¡¿Que has hecho?!-. Dijo el tipo mas pequeño mientras me miraba en mi agonía con cara de horror.- ¡ES SÓLO UNA NIÑA! ¡¿ESTAS LOCO?!-.

-Sólo hice lo que tenia que hacer-.

Los dos hombres mas grandes simplemente me dejaron ahí. Tirada en medio de la acera. Con mi amiga llorando sobre mi hombro y esos dos tipos que parecían absolutamente arrepentidos.

-¡Grrr!-. Dije mientras seguía agonizando.- lo... lo siento Fernanda-. Pude articular mientras hacia presión en mi herida.

Fernanda se soltó aun mas fuerte en llanto. Pensé que era mi fin.

-¡No puedo soportarlo mas!... yo las ayudo niñas-. Dijo el chico mas pequeño arrepentido.

-Gracias, gracias-. Dijo Fernanda mientras abrazaba a los dos chicos.

Entre los dos muchachos me llevaron a un hospital no muy lejos de ahí. No podía ver donde estábamos ni mucho menos quien me atendió. Sólo sentía la mano de mi amiga estrechando la mía todo el tiempo. Al final, nos separaron. Creo que iban a cocerme en la herida o algo así.

-Sanaremos su herida... pero ha perdido mucha sangre, dudo que pueda sobrevivir-. Dijo la doctora con un tono frío.

-¡¿QUE?!-. Dijo Fernanda rompiendo en llanto de nuevo.

-Hagan todo lo posible... por favor-. Dijo una voz que pareció ser del chico mas grande.

-Lo haremos-.

No pude escuchar mas ya que me metieron a una habitación. Desde ahí no vi ni sentí nada, sólo me preocupaba que había una posibilidad de que no lo logre. Me recostaron en una cama y conectaron un tubo en mis venas. Supongo que era la anestecia ya que desde que empezó a bombear ese liquido todo se volvió negro y caí en un sueño profundo. Cuando desperté sólo sentía como si te sacaran miles de espinas de tu cuerpo. Fernanda entro muy feliz.

-¡Oh gracias al cielo que estas bien!-. Me abrazo.

Me reí un poco.- No podía dejarte sola-. Levante mi dedo meñique.- ¿Recuerdas?... juntas por siempre-.

Fernanda acerco su meñique al mio y los juntamos.- juntas por siempre-. Las dos reímos.

Después entraron los dos chicos. Uno, ya antes mencionado, de cabello negro, ojos cafés claro, tes blanca y algo bajo y el otro de cabello negro, ojos azul cielo y tes blanca. De hecho el mas bajo parecía lindo... espera, ¡¿Que estoy diciendo?!. Como sea, entraron y se acercaron.

-Oye niña, enserio enserio lo sentimos-. Dijo el tipo de ojos azules.

-Si, no fue nuestra intención casi asesinarte-. Dijo el chico mas bajo.

-Todo bien. Pero, no nos han dicho sus nombres-. Dije mientras miraba el chico bajo con una sonrisa.

-Cierto, sus nombres ¡AHORA!-. Dijo Fernanda con un tono mandón que hizo reír al chico de ojos azules.

-Bien bien, yo soy Logan... Logan Lerman-. Dijo el chico de ojos azules mientras estrechaba la mano de Fernanda, acto seguido, la mía.

-Y yo soy Samuel Tsui, pero pueden decirme Sam-. Dijo el chico mas bajo mientras estrechaba mi mano y luego la de mi amiga.

-De acuerdo. Entonces Logan y Sam-. Dijo Fernanda mientras apuntaba a Logan y después a Sam.- Yo soy Fernanda Matthews y la chica que casi asesinan es Samantha Muttini-. Dijo Fernanda con su tono asesino.

-Bueno, siento que mi amigo casi te asesine-. Me dijo Sam dedicándome una... tierna sonrisa de hecho.

-Ok, creo que, ahora que nos conocemos mejor, podríamos ser amigos ¿no creen?-. Sugirió Logan sin apartarle la mirada a Fernanda.

-¡Seguro!-. Exclamamos Fernanda y yo al mismo tiempo con una enorme sonrisa.

-Oh si, pero debemos llamar a sus padres ¿no?-. Pregunto Sam preocupado.

Esa idea no nos gusto mucho porque sabíamos que tendríamos un buen castigo. Pero de todos modos asentimos con la cabeza. Logan y Sam salieron de la habitación para llamar a nuestros padres. Dejándonos a Fernanda y a mi solas.

-¿Crees que ellos sean unos buenos amigos?-. Me pregunto Fernanda sentadose a un lado de mi cama.

-No lo se. Nos ayudaron pero eso no quita el hecho de que nos quisieron hacer daño-.

-Lo se...-. Dijo Fernanda decepcionada.

-Pero, podríamos darles una oportunidad-. Le dije reanimandola.

-¡¿Enserio?!... ¡Gracias!-. Exclamo Fernanda mientras me abrazaba y yo le Sonreí.

Después de eso nos quedamos platicando un buen rato mientras resolvían cosas allá afuera. En realidad no estaba muy segura de nuestra amistad con Logan y Sam pero... Sam era lindo y, en el fondo, tierno y además, Fernanda parecía gustarle Logan. Así que no tuve mas remedio que aceptar y ver lo que pasaba con esa amistad. Tal vez nos sorprendan y comienzan siendo como malos amigos pero al final sean unos buenos amigos, quien sabe. Después de la platica con Fernanda, una enfermera entro a chercarme. Era nuestro segundo problema, creo que en realidad estamos cambiando nuestra rutina de forma radical.

Shining In The Dark. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora