Shining In The Dark. ©

Capítulo 63: Hora de irse.

Samantha

-Despierta-. Dice una voz y siento que me están sacudiendo. -¡DESPIERTA!-. Grita mas fuerte.

Entonces poco a poco voy abriendo mis ojos. Primero mi vista está borrosa, pero después se torna normal.

-¿Qué quieres?-. Espeto de mala gana. Todo en mi grita dolor.

-Bueno, no se, tal vez... ¡Que mires a tu alrededor!-. Me grita Fernanda irritada.

Y ahora veo por qué...

Volteo y todo esta destruido. Las tiendas, la fogata. Todo.

Me llevo las manos a la boca sorprendida.

-¿Pero que carajos paso aquí?-. Pregunto levantándome de mi lugar.

-Al parecer a todos nos dispararon o golpearon, y me imagino quien pudo ser-. Respondió mirándome directo a los ojos.

-Morgan-. Dijimos al unísono.

De repente veo como una silueta se levanta del suelo también. No se ve muy bien ya que es de noche. Espera... ¿A qué horas oscurecio? Ah, no importa, sigamos con nuestra vida.

Cuando vislumbre bien, la silueta era Dana. Fernanda y yo nos acercamos hacia él.

-¿Están bien?-. Pregunta. Suena adolorido.

-Nosotras si-. Responde Fernanda rápidamente. -Pero parece que tu no mucho-. Enarca una ceja.

-Bueno, creo que me golpearon o algo así, pero e...-.

-¡AGH!-. Grito cuando siento un dolor punzante en mi costado y caigo al suelo.

-¿¡Qué pasa?!-. Pregunta Fernanda alarmada.

Ella se acerca mientras Dana queda ahí parado como el idiota que es.

-N-No... No lo se-. Digo como puedo. Al parecer hablar con ese inmenso dolor no es fácil.

-Déjame ver-. Dice, y quita mi mano de la zona del dolor.

Yo cierro los ojos conteniendo las ganas de gritar cuando Fernanda acerca su mano ahí.

-Estás sangrando...-. Informa lo obvio.

-Na me digas-. Respondo sarcásticamente pero me callo al sentir el dolor otra vez.

Ella suelta una carcajada sonora.

-No le veo lo divertido-. Me quejo. -¡Podría morir, sabes!-.

-No mueres-. Dice conteniendo la risa. -No pasa de que pierdas toda tu sangre-.

Al oír eso abro mis ojos como plato y volteo lentamente.

-¿¡QUÉ?!-. Grito con todas mis fuerzas.

Ella y Dana ríen. Osea, se ríen de mi desgracia, si buscan buenas personas en el diccionario seguro los encuentran.

En fin, yo los sigo mirando así porque... ¡SOY MUY JOVEN PARA MORIR!

-¡Mentira! No morirás-. Dice dejando de reír. -Sólo pararemos el sangrado y te vendaré, no podemos suturar-. Saca un paño "limpio".

-Yo mientras voy a revisar si ya despertó Cole. Me aburres, Samantha-. Dice Dana yéndose.

-Oh, cállate señor divertido-. Digo haciendo comillas.

Él sólo hace una especie de saludo militar y sigue con su camino. Yo ruedo los ojos.

-¡Auch!-. Exclamé cuando Fernanda me pone los vendajes. -¡Con amor!-.

-Pues no te lo voy a poner a besos, aguantese como las machas-. Me dice pegando las vendas con un pedazo de cinta.