Capítulo 52: especial II.

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Fernanda

Pasó ya 1 mes y unos cuantos días después de mi cumpleaños. No se si ya lo sabían pero el mes pasado ya habían nacido los bebés. ¡Que lindo!. El mio es niño y el de Samantha niña. Decidimos ponerles Manuel y Lizzie. De verdad batallamos para poder conseguir algo de ropita para ellos. Pero ese no es el punto ahora. El punto es que hoy es... ¡15 de Noviembre!. ¿Saben lo que significa eso? ¡Fiesta loca!. Si, bueno, les explicaré. Hoy es el cumpleaños de Samantha.

Como recordaran ella me hizo una fiesta sorpresa...

Pues si. La hizo. Y entonces, como forma de agradecer... O que se yo, le voy a hacer una yo también. He tenido unas cuantas ideas. Sólo que ninguna debe ser igual a lo que ella hizo. Debe ser mejor. Ella intento hace una búsqueda del tesoro. Pero yo si la haré.

Ella, en este momento, está cuidando a los bebés. Si, creo que despertó primero que yo. Pero eso no me va a impedir que pueda hacer mi fiesta. En fin, yo sigo acostada. ¿Qué mierdas sigo haciendo acostada?. Me levanto... Pero vuelvo a caer en la almohada. Bueno, si así se le puede llamar a un montón de cobijas hechas bola. En fin, ahora me estiro. Bostezo un poco. Y ahora si, me levanto. Me tallo los ojos para acostumbrarme a la luz. Después de unos minutos comienzo a buscar algo en mi mochila que prepare desde hace semanas. ¿Pueden adivinar qué es?.

¡Muy bien, acertaron!

Es un mapa del tesoro. Si, como verán; yo, el día de ayer, en la noche, me encargue de esconder una especia de tesoro en una parte retirada del campamento. Tuve que contar pasos, ver por donde iba y revisar que estuviera en el lugar exacto. Y todo eso a medianoche. Así que perdonen si estoy tardando en reaccionar aquí. Bostezo otra vez y salgo de la tienda. Ya afuera me vuelvo a estirar.

Recomendación #1: nunca duerman en una tienda de acampar. Es como dormir en el frío y duro suelo.

¡Vamos! Dejemonos de flojeras. Vamos a hacer nuestro plan ya. Voy a donde se encuentra Samantha: sentada en un tronco en medio del campamento con dos bebés en sus manos. Trato de ser lo as sigilosa posible y meto el mapa a la bolsa donde solemos guardar todas las cosas para los bebés. Bueno, la tiene por un lado y tiene a dos bebés ahí. En algún momento la tendrá que usar. Me giro sobre mis talones y camino sigilosamente lejos de ahí.

Un paso...

No se ha dado cuenta.

Dos pasos...

Tres pasos...

Cuatro...

Ya casi llego, falta poco.

Cinco...

-¿Fernanda?-. Pregunta Samantha a mis espaldas. Yo me de tengo ahí y, por alguna extraña razón, cierro los ojos.

Como si así no fuera a verme ya.

-¿Estamos jugando a 'Las Estatuas De Marfil' y nadie me aviso, o que?-. Pregunta de nuevo. Puedo notar la sonrisa en su tono.

Yo me giro sobre mis talones, encarándola. Y si, acerté, está sonriendo.

-¡Agh!-. Me quejo. -He vivido engañada toda mi vida con eso de 'si cierras los ojos desapareces'. Todo fue un engaño-. Digo con fingida indignación cruzada de brazos. Samantha río.

Shining In The Dark. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora