Capítulo 38: la apuesta.

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Dana

Estaba con Cole en la piscina. Después vi que Fernanda salio junto con Samantha. Salieron de la.... ¿habitación de Dylan?. ¡Salieron de la habitación de Dylan!. ¡¿Como por que están saliendo de la habitación de Dylan?.

Pues porque le resulta más interesante que tu.

Enserio eso no me sirve de mucho. ¡¿Que no se supone que deberías alientarme?!.

Si, 'debería' pero esto es mejor.

Apestas.

Callate, idio*a y mejor ve con tu noviecita.

Agh. ¡Bien!.

Y con eso fui con Fernanda. En este momento ya estaban cerca de la piscina. Estaban dirigiéndose a su habitación. Entonces apresure el paso. Tanto, que casi beso el suelo con mi hermoso rostro. Pero no me importo. De todos modos corrí con todas las ganas del mundo para llegar hacia Fernanda. Entonces por fin la alcance. ¿Nunca han tratado de atrapar a una liebre? Pues creo que la liebre es mas fácil de alcanzar que Fernanda. En fin, llegue a ella y la tome del brazo. Ella me miro confundida.

-¡Fernanda! Hola-. Salude con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Hola!-. Me respondió el saludo con la misma sonrisa.

-Ehh... por pura casualidad, y no son por celos, pero ¿por que estabas en la habitación de Dylan?-. Pregunte con cierta curiosidad. Ella se rió entre dientes.

-Sólo estábamos interrogándolo con Samantha-. Respondió como si nada. Eso me puso mas tranquilo. Es decir, el pobre esta horrible con ganas. Así que ni de que preocuparse.

-¿Interrogándolo?-. Pregunte con el ceño fruncido. Ella asintió feliz.

-¡Sip! Lo que pasa es que, no se si oíste, pero resulta que Dylan es hijo de Ivan-. Respondió levantando una ceja. Yo la solté del brazo en ese momento.

-¡Ahh! Si escuche, tampoco estoy tan sordo-. Comente con una sonrisa. Ella se cruzo de brazos y negó con la cabeza divertida.

-No, yo creo que si estas tan sordo-. Dijo imitando mi tono de voz. Yo me cruce de brazos. -Bien bien, aquí muere. Ya he sido torturada bastante por una cosquilladora, no necesitso mas. Gracias-. Rió. Yo también reí. -Bueno, de todos modos, es eso y además, tenemos que asegurarnos de que no valla a acusarnos con su papi-.

-En primer lugar, ¿cosquilladora? Esa palabra ni siquiera existe-. Me hizo una seña para que me callara y rió. -Y en segundo lugar, lo curaste. Es decir, no creo que sea tan estúp*do como para ir con su papi después de esa ayuda-. Le dije con un tono de voz extraño. Parecía serio.

-Bueno, primero si existe ¡buscala en el diccionario!-. Rió. -Segundo, creo que tienes razón-. Hice un ademán con las manos. Ella rió y beso mi mejilla. -Bien, ahora tengo que irme sino Samantha me va a fusilar-. Yo reí.

-Bien, hasta luego, preciosa... por cierto, buscare esa palabra ¿eh?-. Dije señalándola mientras dejaba un beso en sus labios.

Ella se sonrojo y se fue caminando hacia su habitación. Ahora si. Yo me fui con mi aire de superioridad muy campante. Mi ego estaba por los cielos. Me sentía tan bien con ella. En fin, seguía caminando y me choque con alguien. Como iba con la mirada en mis patotas no pude ver a la persona enfrente de mis narices.

Shining In The Dark. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora