Ahora estamos en el basurero buscando a Samantha... O su cuerpo.
-¡Dana!-. Grito desde donde estoy. -¡Ven aquí, soldado!-. Grito. Él voltea y camina hacia mi como soldado.
Caminando como soldado se ve tan se... ¡No es momento para esto, Fernanda! ¡Concéntrate!
-¿Si?-. Dice pasando una mano por su cabello chino. Yo lucho con todo mi ser por no babear por él.
-Tendrás que cargarme, soldado-. Digo tratando de parecer seria. Él me da una sonrisa ladeada.
Oh por Dios...
-Bien, general-. Dice haciendo un saludo militar. Yo rio. Él se acerca un poco a mi. -Sube y yo te doy un empujón-. Dice poniendo sus manos a modo de escalón.
-¿Esto es seguro?-. Pregunto mirándolo desconfiado. Él rueda los ojos. -¿Mira si empujas de mas y yo salgo volando por el otro lado y pierdo mis dientes?-. Digo señalándole con el dedo índice. Él abre la boca para hablar pero yo lo interrumpo. -Y tengo unos buenos abogados, Dana. Así que te juro que si me tumbas, yo...-. Trato de seguir pero él me interrumpe ahora.
-¡Fernanda, debes calmarte!-. Exclama tomándome por los hombros y sacudiendome. -No te voy a tumbar y no saldrás volando. Ahora, ¿podrías subir tu pie aquí de una maldita vez? El sol no es precisamente fresco-. Explica con cierta irritación. Yo ruedo los ojos.
-Bien, papá-. Digo sin ganas y me acerco a él.
Pongo mis manos en sus hombros para sostenerme. Ahora pongo un pie en el escalón improvisado y tomo impulso. Rápidamente paso una pierna por la reja del basurero y brinco del otro lado.
-¿Y ahora, cómo piensas subir tu, chico listo?-. Pregunto sarcásticamente mientras me cruzo de brazos. Él forma una sonrisa en sus labios.
Mierda, no sonrías...
-No olvides que soy mas alto que tu-. Dice con la misma sonrisa. Yo lo miro con el ceño fruncido.
Su sonrisa se hace mas grande. Entonces, en un movimiento rápido, brinca la reja sin complicación alguna. Fácil y sencillo. Se para frente a mi con los brazos cruzados y una sonrisa ladeada.
-A esto me refería-. Dice poniendo una mano en mi hombro dramáticamente.
Presumido...
-Ja ja me doblo de risa-. Digo seria.
Él comienza a reír. Yo simplemente me volteo y comienzo a caminar lejos de él. Escucho como deja de reír y corre detrás de mi. No puedo evitar formar una sonrisa de suficiencia.
-¡Oh, vamos! Fernanda, sabes que te amo-. Dice alcanzandome y poniéndose enfrente de mi. Me mira directo a los ojos.
¡Mierda!
-No es divertido cuando te burlas de mi estatura, me siento chiquita-. Replico tratando de sonar enojada y me cruzo de brazos. Él toma mi mejilla con su mano.
-Pero eres mi chiquita-. Completa con una tierna sonrisa. Su pulgar acaricia suavemente mi mejilla.
¡Aww! ¿Por qué tienes que ser tan malditamente perfecto?
Muerdo mi labio inferior tratando de esconder una sonrisa. ¡No puedo caer tan fácil! ¡Que se esfuerce!. Él deja mi mejilla para tomar mi barbilla y levantarla obligandome a mirarlo.
¡Dios, así no podré hacerme la difícil!
Un escalofrío me recorre cuando mis ojos cafés se encuentran con sus oscuros. Él me sonríe.
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Shining In The Dark. ©
PertualanganSoy Samantha, vivo con mi mamá en una aburrida casa con un aburrida vida y voy a una aburrida escuela. Tengo 13 años. Lo bueno de todo esto es mi mejor amiga, Fernanda ella vive con su mamá igual. Ella tiene 12 años. Y esta igual de aburrida que yo...