Capítulo 55: malas citas y... ¿muerta?.

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Samantha

-¡Cole!-. Grito y corro hacia él. -¿¡Qué sucede contigo?!-. Sigo gritando. Él no me hace ni caso y levanta su puño para ir a estrellarlo de nuevo en la cara del chico. Pero yo me pongo en medio de su camino. -¡Basta, Cole!-. Exclamo exasperada.

-Quítate-. Masculla entre dientes. La ira hablando por él.

Cole no es así...

-Sólo para...-. Le pido mirándolo a los ojos. Sus hombros ya no están tan tensados. 

Me mira y respira profundo. Puedo ver como sigue apretando los puños a sus costados pero se ve mas calmado. Sin embargo, el otro chico sigue tirado en el suelo.

¡Dios, el chico!. Me había olvidado por completo de él. 

Volteo hacia él frunciendo la nariz. Esperando lo peor. Pero, para mi suerte, él está bien. Claro, con la nariz probablemente rota... Pero bien. Si, su nariz le sangra. Él se limpia la sangre, la ve y, como en las películas de acción, se abanlanza sobre mi ahora confundido novio. 

El chico le da un golpe duro en el estomago. Cole se dobla en sí de dolor. Yo me llevo mis manos a la boca ahogando un grito. La gente ahí presente se comienza a acercar. Algunos tratan de separalos y otros solamente miran como estúpidos. Yo tomo coraje y me acerco a ellos para intentar separalos pero una voz muy familiar llama mi atención. 

-¡Samantha!-. Me grita la voz. 

Me giro sobre mis talones en busca del origen de la voz y la encuentro. Fernanda... Junto a Dana. La trajo al mismo restaurante que me trajo Cole. 

Muy original, chicos, muy original

Fernanda corre hacia donde me encuentro yo y la bola de peleoneros. Voltea a la bola y me mira de vuelta. En sus ojos se ve preocupación y confusión. 

-¿Qué mierdas está pasando aquí?-. Pregunta sorprendida. Tomo mi tiempo en responder. En ese tiempo ella echa un vistazo hacia la bola y se lleva las manos a la boca del mismo modo.

-No lo se, acá Hulk desinflado  se puso celoso del señor sonrisas y comenzó la tercera guerra mundial-. Respondo, sarcasmo gotea de mi boca. Lo siento, no puedo evitarlo cuando estoy nerviosa.

-¿Tanto sarcasmo es necsario?-. Pregunta Dana de repente. Yo lo miro con cara de ¿enserio?. Él se encoge de hombros y yo bufo. 

-¡Por favor, no  hagan la cuarta!-.  Exclama Fernanda al ver nuestras hermosas caras. Los dos volteamos con ella. -No es momento-. Comenta con una sonrisa nerviosa. 

-¡Mierda, es cierto!-. Exclama Dana tocándose la frente dramáticamente. Yo ruedo los ojos. -¡Mi compa! ¿Dónde está?-. Pregunta desesperado.

-Está por allá, súperamigo-. Digo y señalo a Cole que está repartiendo fregadazos a quien sea que se le ponga enfrente. 

Fernanda me mira divertida con mi comentario. Yo me encojo de hombros. Ella me hace una seña hacia los chicos y dice un 'vamos', que apenas se escucha con todo el escándalo. Yo asiento y la comienzo a seguir. 

Oh esto será divertido... 

Ella ayuda a Dana a separar a Cole del chico mientras que yo me coloco enfrente y trato de hablar civilizadamente con él. Entonces voy como toda una dama, me coloco en medio con peligro a que me saquen las ideas de un buen golpe y abro la boca para hablar. Pero no logro decir nada ya que un puño impacta en mi mejilla derecha. Impacta tan duro que pierdo el equilibrio y creo que está empezando a sangrar. ¡Ew! Sabe a metal. En fin, intento levantarme y gritar algo para así calmarlos pero otra cosa dura impacta ahora en mi nuca dejando mi vista nublada y borrosa. Apenas puedo mantenerme de pie. Pero no quiero desmayarme. No es momento. Me pongo de pie bien, de alguna forma, y fijo mi vista en ellos... O al menos eso creo, ¡no puedo ver bien, entiéndanme!. 

Shining In The Dark. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora