Llegamos al aeropuerto. Ahí hicimos. O mas bien, hicieron. Los chicos. Un gran embrollo. Para conseguir los boletos. Cuando por fin los consiguieron, nos sentamos a esperar nuestro vuelo. En realidad Fernanda no se veía muy bien. Después de tanto caminar, comenzó a cojear y supongo que le dolía la zona del estómago. Por la forma en que caminaba. A mi también me dolía horrible la herida. Así que descanse mucho cuando nos sentamos. Todos nos miraban raro por traer a una persona dormida... o mas bien, desmayada. Si, me refiero a Cole. No se por que todavía no despertaba. Tampoco se por que cada vez que volteaba a verlo. Y lo veía así. Se me hundía el corazón en el pecho. Me imaginaba todas las cosas que le hizo Sam. Y querrá hacerle. Saque esos pensamientos de mi mente y fui hacia Fernanda para platicar.
-Y, ¿que te pasa?-. Creo que ya me vio, tiempo atrás, cuando estaba al lado de Cole.
-Nada, sólo que estoy preocupada-. Respondí dándole un vistazo rápido hacia Cole. Fernanda me miro.
-Por Cole-. Dijo terminando mi frase. Yo la mire sorprendida. Ella comenzó a reírse y arqueo una ceja.
-Tal vez...-. Me defendí. Ella comenzó a reír de nuevo. No pude evitar contagiarme de su risa.
Antes de que pudiéramos seguir hablando. Llamaron a todos los pasajeros. Para que abordaran al avión. Todos tomamos nuestras cosas. Que no eran muchas. Y subimos al avión. Dana y Gabe batallaron mucho para poder subir a Cole al avión sin ningún inconveniente. Pero al final lo lograron. En fin, los asientos eran de una fila para tres personas. Nos acomodamos así: Fernanda, Cole y yo en una fila. Dana y Gabe por detrás de nosotras. En otra fila. Cole iba recargado en mi hombro. No es que halla quedado así... es que yo lo puse así. Si, lo se. Era raro. Se sentía raro. De vez cuando me volteaba para platicar con Fernanda. Pero cuando me daba cuenta de la presencia de Cole sentía un calor en mis mejillas. No, no me estoy sonrojando. No. Espero que no se de cuenta Fernanda. Porque se me arma.
-Bueno, y cuando lleguemos a España, ¿que haremos?-. Preguntó sin mirarme. Pero luego me miro. Creo que no se dio cuenta. -Espera... ¿te estas sonrojando?-. Dijo entre risas. -¡¿Por que?!-. Se cruzo de brazos. O creo que si.
-¿Yo?-. Dije señalándome. -No no, para nada-. Cambie mi tono de voz. Así se dará mas cuenta. El mundo me odia.
Fernanda dirigió su mirada hacia Cole. -Oh ya se por que-. Me miro y comenzó a mover las cejas.
Mire hacia Cole también. -¿Que?... no no no no, yo... ehh... yo-. Comencé a jugar con mi brazalete. Además, mire hacia abajo. Nerviosa.
-Tranquila, ya lo se-. Dijo. La mire y me guiño un ojo. ¡Dios! ¿Como le hace para leer mi mente?. Tengo que saberlo.
Bueno, eso sera después. Hay otras cosas que hacer. En fin, luche por cambiar de tema. Y al final lo logre. Todavía faltaba algo para llegar a nuestro destino. Así que teníamos tiempo para hablar. Comenzamos a hablar de otras cosas. Como de lo que nos ha pasado. Y cosas así. De reojo podía ver como Dana veía a Fernanda. Había un brillo en sus ojos. Casi parecía que estuviera enamorado de ella. ¡A quien engaño! El esta enamorado de ella. Conforme se daba cuenta Fernanda de la mirada de Dana sobre ella, se ponía nerviosa. Comenzaba a jugar con su cabello. Y reía nerviosamente.
-Ehh... voy al baño-. Dijo haciendo eso con su cabello. -Ya regreso-. Aviso y fue directo al baño apresuradamente.
La mire alejarse. Después me acomode en mi asiento y sentí como una mano tomaba la mía. Sentí algo raro en el estómago cuando me di cuenta que era Cole. Esperen, ¿Despertó?... ¡despertó!. Por fin. Sentí alegría que por fin despertara. Además nadie mas lo iba a cargar si seguía así. No pude evitar sonreír. Además de reírme nerviosamente.
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Shining In The Dark. ©
MaceraSoy Samantha, vivo con mi mamá en una aburrida casa con un aburrida vida y voy a una aburrida escuela. Tengo 13 años. Lo bueno de todo esto es mi mejor amiga, Fernanda ella vive con su mamá igual. Ella tiene 12 años. Y esta igual de aburrida que yo...