Capítulo 47: lejos de ellos.

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Fernanda

Estamos caminando hacia el aeropuerto. Oh, cierto. Olvide decirles que vamos fuera del país. Decidimos que sería mejor estar lejos de los chicos. Que, por cierto, sólo nos traían problemas. Y nosotras a ellos así que, aquí estamos. Siento como, poco a poco, mi corazón late a un ritmo acelerado. No se si sea por la adrenalina o por los nervios. En fin, seguimos caminando. Habíamos caminado platicando todo el camino pero de repente se formo un silencio donde sólo se escuchaban nuestras respiraciones entrecortadas. Era por lo mismo. Estábamos nerviosas. Por fin llegamos al aeropuerto. Ahí tenemos que elegir a donde ir. Ya que vinimos aquí aún sin decidir a donde mierdas iríamos. Ya en la entrada, hablamos sobre el destino.

-Entonces, ¿a dónde quieres ir?-. Pregunto volviéndome hacia ella. Samantha mira un punto fijo y se toma la barbilla pensando.

-No se... Amo la pizza-. Dice y sonríe. La miro por unos segundos y sonrió también.

-¡Italia!-. Gritamos al unísono atrayendo miradas de las demás personas.

-Vamos, tenemos que comprar los boletos-. Le digo mientras tomo camino hacia donde, supongo, venden los boletos.

-Vamos a batallar-. Susurra entre dientes cuando estamos cerca.

-Siguiente-. Dice una señora que habla súper lento. Esto sera difícil.

Tome una respiración profunda y caminamos hacia la caja. Cuando ya estamos ahí le dedico mi sonrisa mas fingida.

-¿Que-. Comenzó a decir y aprieto mis puños. -Se-. Respiro profundo. -Les...-. Mierda. No aguante mas y la interrumpo.

-¡Dos boletos a Italia!-. Exclamo antes de que termine.

Samantha me susurra un "cálmate, respira". Pero apenas la escuche ya que estaba así de estrellar mi puño en los dientes chuecos de la tipa.

-Ustedes son-. Otra respiración profunda. -Menores de...-. La volví a interrumpir.

-¡Lo se!-. Le grito. -Pero... Nos podría...-. Digo mas calmada pero la vieja me interrumpe. Casi golpeo mi cabeza contra el mostrador.

Antes de seguir hablando me gire sobre mis talones para encarar a Samantha con una sonrisa asesina.

-¿Estás bien?-. Pregunta. Asustada por ver mi expresión.

-Mejor que nunca-. Sonrió ampliamente de nuevo. -Creo que tengo una gran idea-. Noto como el ceño de Samantha se frunce.

-¿Qué plan haría que esta tipa nos de los boletos?-. Pregunta y cruza los brazos.

-Ya lo verás. Tu quédate justo en la entrada de los vuelos, cuando me veas correr entonces entras, ¿de acuerdo?-. Digo rápido mi plan. Samantha asiente repetitivamente y se va hacia allá.

Yo, por otro lado, voy hacia el mostrador de nuevo. No se preocupen, no le haré nada malo... No prometo nada. En fin, llego lo mas ruda que puedo y golpeo el mostrador con ambas manos haciendo dar un pequeño salto del susto a la vieja. Ella abre la boca para hablar. Pero yo de un movimiento rápido brinque el mostrador y me le eche encima tomándola del cabello. Ella ahogo un grito. Yo saque un arma de mi bolsillo trasero y la amenace con ella.

-Ni se te ocurra hablar, sólo dame los boletos de mierda y ya-. Digo acercando el arma a ella.

Ella asiente rápido y alza su mano para tomar dos boletos y entregarmelos. Yo los tomo rápido y sonrió. Me levanto como si nada y dejo que se levante. Brinco de nuevo el mostrador. Corro a toda velocidad hacia donde esta Samantha cuando escucho a la vieja gritarme algo que no logro entender. Cuando paso a Samantha la tomo la mano y nos llevo al avión que nos lleva a Italia.

*~*

Ya estamos en nuestros lugares. Tratando de recuperar el aliento. Fue difícil pero aquí estamos. Nos acomodamos. Tengo los ojos cerrados cuando siento una mano sacudirme con urgencia. Tengo en claro que es Samantha así que abrí los ojos a regañadientes y la mire.

-¿Qué pasa?-. Pregunto poniendo las manos detrás de mi cabeza.

-Los... Los... Los chichi...-. Tartamudea. Yo abro los ojos como platos.

-¡¿Los que?!-. Exclamo dando un brinco.

-Los chichi.... Los chi... ¡Chicos!-. Dice. Señala un punto al frente del avión.

Yo abro la boca sorprendida. Entonces volteo donde ella había señalado. Y entonces los veo. Los estúpidos chicos. Dana, Cole, Gabe, Chandler, Jose y Luis. No es posible que estén aquí. ¿¡Por qué mierdas están aquí?!. Mierda. Mierda. Mierda.

-No te preocupes. Sólo procura que no te vean NINGUNO y nos bajaremos pronto-. Le explique desesperada. Estaba enserio nerviosa por si ellos nos descubrían.

-¿Enserio? Pretendes que nos bajemos ahorita ¿o que?. No es camión, lo sabes ¿no?-. Dice desesperada. Se nota a kilómetros que esta mas que nerviosa.

-No, en cuanto bajemos correremos lejos de aqui-. Respondo un poco mas calmada.

Samantha y yo nos agachamos. Escondiéndonos de las miradas de los chicos...

Pasaron los minutos y el avión aterrizo. Rápidamente tomo la mano de Samantha y corro hasta la salida del aeropuerto. Volteamos hacia atrás y, como no nos estaba siguiendo nadie, caminamos normalmente. Caminamos sin rumbo por todas las calles de Italia. Era tarde ya. Estaba oscuro.

-Y, ¿ahora a dónde mierdas vamos?-. Pregunta Samantha mientras caminamos.

-No lo se, creo que a un hotel. Pero rapido-. Digo. Comienzo a buscar un hotel en el camino.

Seguimos platicando de temas al azar. De repente vi un hotel ahí y jale a Samantha hasta el hotel. El hotel no era bonito. Pero algo es algo. Así que nos paramos enfrente del mostrador. La señora que atendía estaba dormida. Tenia la baba colgando. Así que opte por un plan B. Algo muy sutil. Ahí hay una jarra con agua. El agua esta helada. Muy helada. Así que la tomo y se la vacío suavemente en la cara. Ella despierta de golpe. Se limpia el hilo de baba que le cuelga y mira a todos lados confundida. Cuando nuestras miradas se encuentran su ceño se frunce.

-¿Qué quieren?-. Pregunta notablemente enojada. Yo dejo la jarra y sonrió.

-Una habitación para dos, por favor-. Pido cruzada de brazos. Ella me mira con desagrado.

-Son $300-. Dice de mala gana. Noto como tiene unas llaves en su mano echa un puño.

Le doy el dinero con una sonrisa de suficiencia. Ella me mira por un momento antes de tomar el dinero. Pero me entrega las malditas llaves por fin.

-Habitación 15-. Dice con voz como si fuera un robot.

Y con eso nos fuimos hacia nuestra nueva habitación. Nos instalamos ahí. Tiramos todas nuestras cosas en el suelo.

-¿Tienes hambre?-. Le pregunto a Samantha mientras me tiro al sillón.

-Claro, muero de hambre. Quiero una pizza, antes de todo-. Responde y yo sonrió.

Tomo el teléfono de la habitación. Ordene una pizza de peperoni con tocino. Pasaron 5 minutos y llega la pizza. Habían traído vino. ¿Qué mierdas...?. En fin, no probamos el vino. Pero si nos acabamos la pizza. Estamos platicando cuando de repente escuchamos voces en el pasillo.

-Llegaron mas personas-. Digo cuando escucho muchos pasos mas cerca.

-¿Quiénes serán?-. Pregunta dirigiéndose a la ventana para ver quienes eran. Yo la seguí, también quería saber.

Nos asomados y eran...

-Son los chicos...-. Decimos al unísono y nos miramos asustadas. Mierda. Los chicos nos siguieron. Agh, mierda.

Shining In The Dark. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora