Capítulo 68: sorpresas.

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Samantha

Ya han pasado más de 3 meses...

Después de tanto pensarlo, Fernanda y yo decidimos que si nos mudaríamos con Dana y Cole. Así que justo ahora estamos echando las últimas cajas con nuestras cosas al carro.

Manuel y Lizzie están emocionados desde que les mencionamos sobre el hecho de mudarnos allá. Eso me quito un peso de encima ya que no tendríamos que gastar saliva en convencerlos.

Me termine sentando en la banqueta para recuperar aire.

Saben, nunca pensé que mudarse de casa fuera tan agotador. Creo que debería considerarse un deporte o algo así.

-¿Samantha, qué haces?-. Pregunta Fernanda mirándome divertida.

-Estoy... Descansando-. Respondo aún respirando con dificultad.

-¿Es en serio?-. Yo asiento. -Apenas si cargaste tres cajas con los juguetes de Lizzie-. Se cruza de brazos.

-En mi defensa esa niña tiene demasiados juguetes-. Me defiendo de forma fallida.

Fernanda tiene razón, apenas levante un poco mas de mi propio peso. Pero, hey, cargar cajas y cuidar a dos niños bastante traviesos no es fácil.

Dios, necesito mejores argumentos

De repente siento como cuatro bracitos me toman por ambos hombros sacudiéndome sin cesar.

-Niños, basta, van a sacar la comida fuera de mi-. Advierto al momento que dejo de ser brutalmente agitada.

-¿Ya nos vamos?-. Pregunta Lizzie con emoción.

-Ya casi, mi amor, sólo faltan algunas cosas-. Respondo acariciándole el cabello.

-¿Y por qué no se apuran?-. Pregunta ahora Manuel con cierta desesperación en su tono.

Igualito a su madre

-Manuelito, espera un poco, ¿si?-. Fernanda le revuelve el cabello al niño. -No tardamos nada-. Le dedica una sonrisa maternal.

-¿Lo prometes?-. Pregunta con los ojos llenos de esperanza.

-Lo prometo-. Responde ella, y yo sonrío.

Yei!-. Exclaman los dos niños enfrente al unísono.

Fernanda y yo reímos.

-Bien, esperen en el auto-. Los animo al momento que ellos corren muy entusiasmados a este.

Fernanda y yo caminamos hacia la puerta de la casa.

-¿Estás lista para vivir con ellos? Digo, siempre podemos retractarnos-. Sueno más nerviosa de lo que pretendo.

Fernanda se toma su tiempo para cerrar bien la casa antes de responder...

-Ya no hay vuelta atrás, Samantha. Ya lo decidimos. Tu estuviste de acuerdo, y no creo que quieras lidiar con ellos al decirles que siempre no-. Comenta señalando a los carros, y sé que tiene razón.

Lo hablamos mucho, y yo pude haber dicho que no antes, pero no, acepte casi al momento. Es que, por Dios, estamos hablando sobre vivir con Cole. ¡Cole, Dios mio!. Es como el amor de mi vida. Dios, es...

-¡Samantha!-. La voz de Fernanda me saca de mi trance.

-Eh... Si, si-. Respondo vagamente.

-Llevas más de 10 minutos ahí parada, ¿no piensas subir a tu carro?-. Pregunta en tono burlón.

Shining In The Dark. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora