Dana
Estoy atónito por lo que paso recién. ¡Fernanda me volteo la cara de un fregazo!. Nunca pensé que golpear a una bruja como Samantha me traería tantos problemas. Bueno, además de que fui un idiota. Pero, enserio, esto no me lo esperaba. En este momento estoy como tonto tocando mi mejilla, que es donde ella me golpeo. Además, siento las miradas sorprendidas de los chicos. Cierro los ojos y respiro profundo. De repente siento una mano en mi hombro. Abro los ojos y me giro lentamente hacia el dueño de la mano. Y, adivinen quien era... La mejor persona que se pudiera aparecer en este momento. Exacto, el pedazo de mierda de Ivan.
-Dana... ¿Por qué tan solito?-. Pregunta con una sonrisa arrogante. Ruedo los ojos.
-¿Qué quieres?-. Mascullo de mala gana.
-Oh, nada... Sólo vengo a ofrecerte algo...-. Dice mirando sus uñas. No respondo así que el sigue. -Bien, el punto es que... ¿No estás cansado ya de que ella te rechace y te golpee?-. Comienza a decir. Yo lo comienzo a considerar.
-Ehh... Si, algo-. Digo rascándome la nuca.
-¿No te gustaría darle una lección a ese par de chicas?-. Pregunta. Eso me suena a lastimarla. Pero ella también lo hizo, así que... -A una por lastimarte mas de la cuenta y a la otra porque... Te cae mal-. Termina con una mano en mi hombro y una sonrisa arrogante. Lo normal.
-Si, creo que es cierto...-. Digo.
No tengo tengo ni la mas pinchi idea de por que estoy aceptando pero lo estoy haciendo. Él, Ivan, sonríe. Yo lo miro serio. Indeciso se lo que estoy haciendo. No se en que momento los chicos se acercaron a mi. Ahora estamos todos compartiendo miradas. Estamos considerándolo. Hacerles pagar a las chicas por todo el daño que nos hicieron. Me gusta esa idea. Pero... El hecho de lastimarlas no mucho. Mierda. Ivan tiene la.capacidad de convencerte con sólo unas cuantas palabras estúpidas.
-Entonces... ¿Aceptas?-. Pregunta mientras me estira su mano para estrecharla.
La pienso por un segundo. Miro a los chicos, que están asintiendo. Entonces me vuelvo hacia Ivan y sonrío.
-Acepto-. Digo estrechando su mano.
*~*~*~*~*
Ahora estamos en la guarida de Ivan. Él nos dirá la ubicación de las chicas y que quiere que hagamos con ellas. Se fue hace ya 5 minutos pero a mi me parece una hora. He estado todo este tiempo caminando de un lado a otro. Estoy comiéndome las uñas. Temo que, si sigo así, no tendré que preocuparme por cortarlas nunca mas.
-Hermano-. Escucho la voz de Cole llamarme. Lo de hermano... Si, tengan en cuenta que no somos hermanos de verdad. Es sólo así como nos decimos. -¡Hey, Dana!-. Exclama cuando ve que no le presto atención. Y se pone delante de mi.
-Ahora no estoy tan seguro de hacer esto... Digo, ¿Mira si algo sale mal y una de las dos muere. O si, por cualquier cosa, no nos hablan mas?-. Digo rápidamente. Sigo tragándome los dedos aún.
-No pasara nada. Además, tu lo decidiste... Si quieres, lo podemos dejar-. Comenta con una sonrisa forzada. Se que él también esta preocupado.
Lo pienso por un segundo ya que alguien no me deja seguir. Si, me refiero a Ivan que entro de repente.
-Bien, chicos, he vuelto-. Nadie responde. Nos limitamos a mirarlo. -Les tengo ya la ubicación de las chicas... Ellas volvieron a la casa abandonada y, además, lo que les harán es lo siguiente... Dana-. Me señala. -Tu irás con Fernanda y fingiras que vas a pedirle perdón. Luego, cuando ya digas... Lo que mierdas quieras, pues lastres hacia acá. Siguiente paso, tu, el castaño-. Señala a Cole. -Tu irás con la otra chica, Samantha, y harás lo mismo. Si tienes que hacer algún trato especial, hazlo, que se yo-. Termina escogiéndose de hombros.
Yo lo miro fijamente. No estoy seguro de esto. No quiero traer a Fernanda aquí. Sería como desearle la muerte. Y yo no le deseo eso. No, de ninguna manera. Pero... Una voz dentro de mi me dice que debo hacerlo, que ella me hizo mucho daño. Pero no me gusta la idea...
-Vallan-. La voz de Ivan me saca de mis pensamientos.
No logro alegar nada. Sólo voy siguiendo a Cole y a los demás, que no se para que chingados van. En fin, caminamos hacia la bendita casa abandonada. Y, en efecto, ahí se oían hermosas voces... Y la de Samantha. Ay me siento bien malo.
Seguimos ahí paradotes enfrente de la casa. Nadie se anima a ir primero. Así que yo, como gran macho pecho peludo valiente que soy, fui el que me ofrecí primero.
-Bien, tu perdiste, hermano. Lo siento, tendrás que ir-. Dice Cole. Bien, tal vez no me ofrecí técnicamente. Pero pude negarme.-Lo se, lo se-. Digo tomando una gran respiración. -Sólo deja prepararme-. Con eso me comienzo a estirar.
-¡Ya! Ni que fueras a pelear-. Exclama y me empuja haciendo que entre a la casa de golpe.
Cuando entro choco con una lámpara que estaba cerca de la puerta. Cuando termino de hacer una orquesta con las cosas, me quedo quieto. Entonces me preocupo ya que no escucho las voces de las chicas. Camino sigilosamente hasta donde, creo yo, están las chicas. Al doblar en una pequeña esquina, choco con algo solido y duro. Alzo mis manos para tocar el material ya que no logro ver nada. Está mas que oscuro. Sigo tocando. Toco algo como una maraña. Algo enredado. Bajo mas y siento algo largo y caliente. Muéranse malpensados. No va enserio. En fin, sigo mas abajo y siento que esa cosa larga tiene una curva que lleva a dos como tablas. Y están largas también. Antes de que siga tocando mas abajo una voz familiar me interrumpe.
-Toca mas abajo y te dejaré cachorro-. Masculla Fernanda entre dientes. Yo rápidamente quito las manos de ahí.
-¡Fernanda! Hola, yo sólo quería...-. Digo pero me veo interrumpido por ella.
-Dana, ¿cuándo vas a entender que no quiero hablar contigo?-. Pregunta. Es una pregunta retórica, obviamente.
-Nunca-. Respondo aún así. Me encojo de hombros. -Eres a la única persona que he amado así. Yo te quiero a ti-. Confieso. Oh, mierda. Odio mi lado cursi. Me hace arrepentirme hasta a mi.
Ella me mira expectante. No paso por alto que sus ojos se han cristalizado.
-Fernanda, por favor...-. Digo y me acerco a ella. Ella no se aparta. Así me digo a mi mismo que es hora. -Lo siento...-. Susurro en su oído.
Noto la confusión en sus facciones. Yo sin mas tomo sus muñecas y las amarro juntas. Ella me mira con el ceño fruncido. Yo no me atrevo a mirarla. Así que sólo la llevo hacia afuera sin soltarla.
-¿Qué sucede?-. Pregunta nerviosa. Yo no logro responder.
Cuando salgo, Cole me mira. Sabe que es su turno. Así que se dirige a la puerta. Respira profundo... Y entra.
Cole
Entonces entro. En busca de Samantha. Entro por la sala y sigo todo el desastre que hizo Dana. Cuando el rastro termina, me doy cuenta de una presencia humana. Pues claro, ni modo que ¿de que?. En fin, entonces doblo una esquina y me topo con alguien. Supongo que es Samantha. Así que para asegurarme comencé a tocar. Toco desde arriba y es liso. Bajo mas y siento algo curveado. Y lo demás es un palo... ¿Un palo?. No, Samantha no es así de delgada. Comienzo a tocar a lo loco cuando escucho una voz familiar.
-Estoy aquí, idiota-. Masculla entre dientes Samantha de otro lado.
Yo me volteo sintiéndome torpe. Ella esta de brazos cruzados. Puedo distinguirlo. Me acerco y ella se aleja.
-¡Oh, vamos, Samantha! Lo siento, perdóname. No te cuesta nada-. Digo. Sueno mas desesperado de lo que pretendo. Pero bueno.
Ella parece considerarlo pero no dice nada. Así que decido dar el primer paso.
-Por favor. Yo te amo...-. Digo porque es cierto. Le tomo las manos y ella agacha la cabeza. Entonces respiro profundo y le amarro las manos juntas. Ella trata de soltarse en cuanto lo siente pero yo no la dejo.
Caminamos hacia la salida cuando ella se rinde. Cuando llegamos a la salida todos nos miramos y fuimos en silencio hacia Ivan...
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Shining In The Dark. ©
PertualanganSoy Samantha, vivo con mi mamá en una aburrida casa con un aburrida vida y voy a una aburrida escuela. Tengo 13 años. Lo bueno de todo esto es mi mejor amiga, Fernanda ella vive con su mamá igual. Ella tiene 12 años. Y esta igual de aburrida que yo...