Akira
Ya van dos semanas y días desde que no se nada de Mateo, donde ya no me manda mensajes con sus cotidianos "buen día" ni mucho menos me habla para seguir viendo nuestra serie la cual, según él, nos servía de excusa para vernos seguido.
Así, en poco mas de quince días las cosas cambiaron por completo, de un momento a otro. Yo le mandé miles de mensajes preguntándole que le pasaba, si estaba bien o como iban sus cosas, le preguntaba si está enojado y también le propuse que hablemos para que me explicara que le sucede, pero ninguno de todos esos mensajes fueron respondidos.
Igual sé que está bien, mi mamá siempre llevaba a su casa a mi hermanito porque pedía ir a jugar con Emi y era ella quien lo tenía que acompañar porque a mí no me daba la cara para tocarle la puerta a mi amigo si me viene ignorando hace días. Santino me contó que él está bien, que siempre que va a la casa de Mateo él está con su chocolatada en la mesa o a veces a las carcajadas con sus amigos que siempre invita, entonces no me preocupé.
¿Ahora? Hasta mi mamá conoció a la de Mateo, de tantas veces que lo llevó a la casa hasta ella empezó a ir por desición propia, ambos iban a ver a sus amistades y yo luchando para que el mío me contestara un mensaje. Genial.
Yo tampoco me animé a hablarle en este último tiempo igual, insistí los primeros días pero sabía que si él no respondía era porque algo le sucedía conmigo entonces por las dudas preferí darle su espacio al menos hasta que las cosas se solucionaran, porque ni siquiera se que pude haberle echo para que me dejara de hablar de un momento a otro.
—El mate, Kiki. —avisó mi mamá llamando mi atención y sacándome de mis pensamientos. Sacudí mi cabeza y pestañeé varias veces para reaccionar y recibí el mate que mamá me estaba entregando— ¿Estás bien? —preguntó algo desconfiada, yo asentí con mi cabeza para despreocuparla pero luego de algunos segundos, negué. No podía ocultarle nada a ella.
—Mateo. —contesté soltando un hondo suspiro, ella asintió con su cabeza segura como si ya se lo hubiese imaginado.
—Me imaginé, pasaron de verse todos los días a no verse más. —dijo chasqueando su lengua apenada.
—Yo tengo miedo, no sé si le hice algo o si le pasa algo, capaz está mal y yo como una boluda nunca más le mandé un mensaje creyendo que necesitaba espacio. —solté culpable mientras refregaba mi cara con ambas manos, pero ella negó con su cabeza y sobó mi espalda para despreocuparme.
—Hablale Kiki. —aconsejó con seguridad, y yo lo pense durante algunos segundos, realmente quería que las cosas con mi amigo volvieran a estar como antes, pero...¿por qué tengo que ser yo la que ande atrás suyo?
—No, ni en pedo. —contesté segura con mi ceño fruncido— Está hace mas de quince días desaparecido, yo lo necesité un montón de veces, tuve muchísimas cosas que quería contarle a él y el pelotudo no fue capaz de responderme un mensaje de mierda. —solté con bronca y mi mamá me miraba sorprendida, ni siquiera ella podía entender desde cuando crecía tanto mi bronca hacia el morocho.
—Capaz le pasó algo...
—No le pasó nada mamá, y si le pasa algo él sabe que puede agarrar el celular y hablarme, esté enojada o no. —agregué con mi voz rígida, y creo que hasta mi mamá comenzaba a tenerme miedo, pocas veces me veo así de enojada pero realmente me molestaba la actitud que Mateo estaba teniendo conmigo— Ya está, si me quiere hablar que me hable, no le voy a rogar a nadie que se quede conmigo. —concluí con seguridad para luego levantarme de mi asiento un poco ofendida y subir hacia mi habitación, pero me detuve en el primer escalón cuando oí la voz de mi progenitora frenarme.
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Akira; trueno.
Romance"Siempre imaginé que algo especial tenías, tu nombre encaja perfectamente con vos. Sos luz, y llegaste justo para iluminarme en la oscuridad donde yo estaba metido" Esta novela habla de temas sensibles y delicados que pueden ser ofensivos al lector...