capítulo cuarenta y nueve.

4.4K 162 122
                                    

trueno vía Instagram story

trueno vía Instagram story

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


16:23

Akira

¿Hace cuánto no ves al trolazo de Mateo que ya te anda llorando? —preguntó el ojiazul  logrando que yo largué una pequeña carcajada.

—Cinco o seis días nomás, desde que volvimos de la casa del padre. —contesté apoyándome el celular en el pecho para luego cerrar mis ojos relajada. Me sentía en mi casa; acostada en el sillón individual de Valentín con mi cabeza en uno de los apoyabrazos y en el otro mis piernas elevadas.

—¿Y qué onda?¿Pasó algo? No me contó nada el gil, ahora cuando venga lo voy a agarrar. —soltó ofendido el ojiazul, yo reí y negué con mi cabeza.

—Que yo sepa no, estaba muy en pedo, mucho no me acuerdo. —contesté alzando mis hombros indiferente, volviendo a abrir mis ojos para poder mirarlo— Lo que sí sé es que la borrachera me dió el valor suficiente para decirle que quiero algo más serio con él. —agregué tranquila mientras miraba mis uñas, pero escuché un grito tan fuerte de su parte que me hizo dar un leve saltito.

—¡¿Qué?! —vociferó, y yo no lograba entender si su gesto era de enojo o de sorpresa, entonces mi semblante cambió— ¡¿Cómo no me cuentan esas cosas?! —agregó esta vez con una sonrisa, y yo suspiré aliviada.

—Pensé que estabas enojado, pajero. —exhalé con una mano en mi pecho. Parezco una exagerada de mierda, pero aún no me olvido la vez que Valentín pensó que Mateo y yo estábamos en algo y me hizo pasar de los peores momentos de mi vida.

—¿Cómo me voy a enojar, boluda? Con lo bien que le hacés a Mateo para mí es un golazo que los dos sientan lo mismo...—comentó con ternura y yo no pude evitar sonreír— Después de todo lo que pasó me pone muy contento saber que uno de nosotros al menos sanó. —confesó mordisqueando el interior de su mejilla mientras jugaba con sus dedos, y en cuanto él tocó aquél tema yo me acomodé bien en el sillón y con mis codos en mis rodillas concentré mi atención en él.

—¿Vos no sanaste? —pregunté en un murmuro, él mordió con fuerza su labio inferior y negó con su cabeza, sin ni quiera animarse a mirarme a los ojos.

—Mañana se cumple un año, y... que se yo, yo pensé que posta había sanado pero ahora siento una angustia enorme. —confesó levantando su vista para, por primera vez, mirarme.

Tragué en seco y me levanté de mi lugar para sentarme a su lado, acomodándome con mis pies cruzados como indiecito y de costado con tal de tenerlo de perfil.

—¿Ustedes eran muy amigos, no? Hablemos... —pedí interesada con tal de que él pudiera descargarse conmigo, pero en cuanto oímos el timbre sonar él suspiró hondo y giró su cabeza hacia la puerta— Que esperen, seguro son los chicos. —aseguré posando una de mis manos sobre su rodilla para darle lugar a que hablara, él asintió con su cabeza y volvió a su posición anterior.

Akira; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora