capítulo diez.

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Mateo

—Tremendo que ahora caes todos los dias a mi casa vos. —la burlé a la morocha al verla parada frente a mi puerta, pero como bien dijo ayer, no vino sola.

—Chupala Mateo. —soltó entre risas, al mismo tiempo que tironeaba con apenas de fuerza a un menor a la altura de su cintura para que yo lo vea.

—¿Qué onda wachin? —saludé al castaño mientras revolvía su pelo con total confianza, él sonrió algo timido mientras mordía sus uñas nervioso, probablemente porque para él era un desconocido— Pasen eu, no muerdo. —dije al ver que ambos seguían inmóviles en la puerta, provocando en ellos algunas risas. Me hice a un lado para darles lugar a pasar y una vez que entraron cerré la puerta detrás de ambos— Subí tranqui enano, en la primer puerta 'ta la pieza de Emilio. —avisé haciendo que él asienta contento y suba corriendo hacia el lugar indicado— ¿Qué onda con vos morocha?¿Todo piolita? —pregunté mientras me dirigía hacia la cocina para poner la pava y así pasar el rato, aunque el plan ideal sería que fumemos juntos pero al parecer ella no fuma— Tomamos unos mates porque vos sos alta rarita y no le das a las flores. —bromeé mientras ponía a hervir el agua.

—¿Quién te dijo que no? —preguntó logrando que yo me girara con rapidez y alce mis cejas sorprendido.

—¿Fumás? —pregunté soltando la pava boquiabierto, ella asintió con su cabeza mientras reía al ver mi exagerada reacción, entonces volví a la normalidad— ¿Y el verso ese de que fumar hace mal donde quedó? —pregunté divertido con mi ceño fruncido, mientras apoyaba mi espalda en la mesada y me cruzaba de brazos.

—Cuido a los que me importan, rulos. —respondió guiñando su ojo mientras sacaba su celular del bolsillo, probablemente para avisar a su madre que había llegado.

—"Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago" —acoté poético en forma de indirecta, provocando que ella me pegué suave en el hombro haciéndome reír— ¿Prendo uno entonces? —pregunté sonriente una vez que ella guardó el aparato en su bolsillo nuevamente.

—Estoy con mi hermano, hoy no. —dijo acomodando la pava en la hornalla previamente encendida, yo arqueé mi labio inferior haciéndome la víctima para tratar de convencerla— Te prometo que la proxima sí, —acotó haciéndome sonreír— marihuano de mierda. —y aquélla se borro, para que mi gesto sea uno de falsa indignacion al oír su comentario. Ella largó una fuerte carcajada al ver mi rostro, sabía que lo decía para molestarme.

—¿Por qué te preocupa tanto que la gente fume? —pregunté con el ceño fruncido volviendo al tema, esta vez un poquito más serio. Su gesto de diversión se esfumó en un instante, quedando con su rostro completamente neutro, esta vez sin ningún tipo de gesto.

—Historia larga. —dijo poniéndole misterio al asunto mientras sacaba la pava del fuego y se dirigía con ésta hacia la mesa.

—Tengo todo el día. —contraataqué siguiendola por detrás con la azucarera en mano para luego sentarnos ambos en la mesa.

—No sé si quiero contartelo con detalles Mateo. —soltó algo apenada mientras endulzaba el primer mate.

—Todo bien eu, si no me querés contar no me cuentes, solamente me generaba intriga pero 'ta todo piola . —dije al instante, de un segundo a otro comencé a hablar a mil por segundo, no quería incomodarla para nada.

—¿Te lo puedo resumir? —preguntó dándole un sorbo al primer mate, yo asentí con mi cabeza— El cigarrillo se llevó a mi viejo, y por el cigarrillo sufrí tanto con mamá en el hospital. —contestó aunque dejándome con algunas preguntas, preguntas que nunca pensaba pedirle que me responda aunque creo que fue bastante clara con su respuesta— Yo no fumo cigarrillo, fumo algún que otro porro. Un par de veces cuando salgo de joda puedo fumar uno pero no lo hago con tanta frecuencia, pero igual eso te hace mierda el pulmón y me re precupo al ver que alguien cercano consume. —terminó de hablar con su vista baja, al parecer no se animaba a abrirse tanto mirándome a los ojos— No quiero que te pase nada Mateo, no quiero que termines como mi viejo o me tengas con el corazón en la boca como mi vieja hace unas semanas. —soltó sincera mientras clavaba su mirada en la mía, aquéllas palabras me chocaron bastante.

Akira; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora